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Cientos de agentes de la Policía Estatal Preventiva (PEP) desalojaron a indígenas tzotziles de Chenalhó que mantenían tomado el Congreso local, en demanda de la renuncia de la alcaldesa Rosa Pérez Pérez.

Después de más de cinco horas de permanecer apostados en los accesos del Congreso, la policía realizó un operativo para desalojar a los indígenas que llegaron en la mañana a la capital del estado, en demanda de que el ex síndico municipal, Miguel Sántiz Álvarez, fuera nombrado como alcalde sustituto.

Por varios minutos, los indígenas lanzaron piedras y cohetones hacia el Congreso, lo que provocó que varios cristales resultaron averiados.

Los policías lanzaron gas lacrimógeno, mientras los manifestantes huían por distintas calles y la plaza central. Se desconoce el número de los detenidos, pero los indígenas señalan que son al menos 10.

Varias mujeres que se encontraban afuera del Congreso, resultaron con síntomas de intoxicación por el gas lacrimógeno que lanzaron los policías.

Versiones arrojan que los indígenas mantienen cautivo a un policía, pero otro más resultó herido al recibir una pedrada en la cabeza, quedando tirado en la puerta del Congreso.

El gas lacrimógeno provocó también que los burócratas, hombres y mujeres tuvieran que salir del recinto a prisa, para evitar irritación en la piel.

Los diputados no pudieron huir en sus vehículos y varios lo hicieron por las calles que conducen al mercado, donde tomaron taxis para dirigirse a casa.

Otro operativo se llevó a cabo en la carretera de cuota, San Cristóbal de las Casas-Chiapa de Corzo, donde otro grupo permanecía apostado, para evitar el paso de vehículos. Automovilistas usaron la vía libre. El gobierno estatal no ha revelado los resultados del operativo.

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