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A espaldas del Estadio Corregidora, en la ciudad de Querétaro, se localiza un elefante blanco que se encuentra en terapia intensiva: el Hospital del Niño Quemado, que por falta de recursos financieros dejó de prestar servicios médicos hace tres años. Actualmente sus instalaciones se usan únicamente como estacionamiento público.

El hospital fue construido hace más de 20 años con donativos públicos y privados, siendo uno de sus principales benefactores, el ex candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, quien en 1993 como titular de la Secretaría de Desarrollo Social aplicó 10 millones de pesos para la obra.

El Instituto para la Atención Integral del Niño Quemado (IAINQ), organización creada en 1985, que opera como Asociación Civil, fue la que desarrolló el proyecto, consiguió donativos para la construcción y operación del centro médico con muchas carencias, durante cerca de dos décadas

Su cierre ocurrió en 2012 y como medida temporal para obtener algunos ingresos, los patios del hospital fueron rentados a una empresa que abrió ahí un estacionamiento público.

El encargado del estacionamiento es un joven de 25 años, identificado como “Beto”, quien detalló que en los patios se tienen 130 cajones, de los que se cobran 20 pesos por tiempo libre y abren de lunes a viernes.

Explicó que el estacionamiento, a pesar de que pocas veces se llena, cubre la alta demanda que se tiene en la zona, debido a que enfrente se ubican las oficinas de la Unidad de Servicios para la Educación Básica del Estado de Querétaro (Usebeq).

“Como encargado del estacionamiento, además de atender a los clientes, mi obligación es limpiar el hospital por fuera, podar los jardines y los árboles para que no se vea que el lugar se encuentra abandonado”, dijo.

Abundó que los dueños del hospital viven en la ciudad de México, “ellos vienen cada dos o tres meses y son los únicos que entran para revisar su estado y además traen a un persona que limpia por dentro”.

Por su parte la presidenta de la junta directiva del IAINQ y fundadora del inmueble, Lilia Cisneros, detalló que el Hospital del Niño Quemado se construyó en un terreno donado en 1990 por el gobierno de Querétaro.

Refirió que el centro médico se asentó en un terreno de 7 mil 200 metros cuadrados, que tenía la capacidad para atender por año 2 mil consultas y a 580 menores hospitalizados, en condiciones de extrema pobreza, que presentaban algún tipo de quemadura.

El hospital, destacó, nunca recibió apoyo presupuestal y sobrevivieron por medio de donativos de instituciones públicas y empresas privadas.

Asimismo, el Hospital del Niño Quemado está compuesto por un edificio de dos plantas —actualmente cerrado— que cuenta con un helipuerto, dos quirófanos, un área de cuidados intensivos con 80 camas, salas con tinas especiales y climatizadas.

Cisneros refirió que antes de que se decidiera el cierre definitivo del hospital, se rentaban los quirófanos para otro tipo de cirugías, entre ellas estéticas, pero algunos médicos cometieron abusos con el fin de ganar más dinero y por otro lado, se dejó de realizar trabajo en beneficio de los niños.

En el hospital sólo quedan recuerdos de un proyecto ambicioso y con sentido social, que a pesar de que llegó a funcionar por algunos años, murió con Luis Donaldo Colosio, quien se cree que habría apoyado financieramente al centro médico, que durante los últimos tres sexenios estatales siempre tuvo cerrada la llave presupuestal.

Libramiento a destiempo. Con un año de retraso, que se podría ir hasta dos, avanza la construcción del Libramiento Palmillas—Apaseo, obra con la que se pretende liberar a las ciudades de Querétaro y San Juan del Río del tráfico vehicular de largo itinerario.

La obra se proyectó con una inversión de 5 mil 200 millones de pesos y el compromiso inicial de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) era terminarla en 2015, situación que no se cumplió.

La delegación de la SCT informó que la obra presenta un avance de 50% y se tiene previsto terminarla hasta el segundo semestre de 2016, aunque no descartan que pueda tardar más.

El delegado de la SCT, Juan Vázquez, comentó que la obra no se terminó según lo programado por problemas con la liberación del derecho de vía y porque la constructora ICA no cumplió algunos compromisos con particulares que vendieron sus tierras.

El presidente del Congreso, Roberto Carlos Cabrera y Mauricio Kuri, alcalde del municipio de Corregidora, dijeron que ya les avisaron a las autoridades de la SCT que se terminará hasta 2017.

A la fecha, asegura la SCT, que se han realizado los trabajos de terracerías a lo largo del tramo, la construcción de las obras de drenaje, el tendido de base estabilizada con cemento, así como la construcción de la superficie de rodamiento con pavimento hidráulico.

A lo largo del nuevo libramiento han sido levantadas 28 estructuras, con dos puentes especiales; dos pasos superiores sobre las vías de ferrocarril y la construcción de siete entronques.

La obra permitirá sacar a 15 mil unidades y pretende acortar los recorridos entre las zonas norte del país, sur del Bajío y la ciudad de México.

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