José Abraham y Rey David Copado Molina, los dos jóvenes linchados en Ajalpan, Puebla, tenían apenas ocho días trabajando para la empresa encuestadora. Carecían de contrato y, por ende, de prestaciones y seguridad social. Les pagaban entre 10 y 15 pesos por encuesta realizada, pero no de manera inmediata, sólo cuando “estaban verificadas”.

Así lo informó su hermano, Felipe, en entrevista con EL UNIVERSAL, en la que confirmó que el gobierno de Puebla pagó los gastos funerarios, pero sólo les ofrece “una despensa” como apoyo.

Pide becas para que sus sobrinos puedan concluir una carrera, y apoyo médico para su madre de 65 años, que tiene diabetes y enfrenta la amenaza de una trombosis.

Indicó que el martes tuvieron una reunión con el procurador del estado, Víctor Antonio Carrancá Bourget, quien les prometió identificar y encarcelar a todos los involucrados en el linchamiento. Con ello quedaría satisfecha su otra demanda, quizás la más importante: la de justicia.

Este viernes tendrán otro encuentro con Enrique José Flota, fiscal General Jurídico, de Derechos Humanos y Atención a Víctimas del Delito, con quien esperan tener respuestas a sus demandas de apoyo.

Insiste en que más allá de dinero, pues eso no le devolverá a sus hermanos, lo que exigen es ayuda para que los niños puedan seguir estudiando y no enfrenten un destino como el de su padre y tío, quienes llegaron sólo al bachillerato y se vieron en la necesidad de contratarse para levantar encuestas.

Este jueves, los cuerpos serán sepultados. José Abraham, en el Panteón de San Isidro, en el Distrito Federal, y Rey David en Lerma, Estado de México, donde viven su ahora viuda, Elsa González, y sus dos hijos de apenas dos años de edad.

spb

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