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Estamos afuera del Pop’s. El restaurante de luces neón, colores pastel y asientos de piel que presume tener las mejores hamburguesas y malteadas de Riverdale... pero eso a nadie le importa.

Si se es fan de Archie, el cómic de 1939, se advierte que el lugar (Chock’lit Shoppe) es el punto de reunión de éste y sus amigos. Ahí, el dueño, Pop Tate, los consuela con un helado.

Pero el Riverdale del siglo XXI es diferente. Verónica, quien forma parte del equipo del pelirrojo personaje, no entiende cómo alguien disfruta de comer tantas calorías.

De hecho, las pláticas de sobremesa ahora giran en torno a temas más complejos que el menú y problemas amorosos, como el ciberbullying, las relaciones sexuales con personas mayores y hasta asesinatos.

“Este es un Archie millenial”, lo define el actor KJ Apa, quien le da vida en la serie que se estrena mañana a las 21:00 horas por Warnel Channel con un episodio doble.

“Estos personajes son icónicos pero acá se muestran más reales, más humanizados, sus problemas no son tan triviales”, añade.

El padre de Archie es interpretado por un ícono juvenil de la década de los 90, Luke Perry ( Dylan en Beverly Hills 90210).

Sentado afuera del Pop’s —que en realidad es un set construido en Vancouver, Canadá— reconoce que el interpretar esta serie le ha permitido verlos desde otra perspectiva.

“Además de ayudarme a usar mi celular y las redes sociales, los actores jóvenes me han enseñado mucho. Ellos tienen cierto sentido de urgencia, y eso te obliga a detenerte y observar”, reflexiona.

En la nueva serie, Riverdale es un lugar lleno de secretos. En el primer episodio, Archie escucha la detonación de un arma de fuego al tiempo que mantiene relaciones sexuales con su maestra de música, lo que los obliga a callar un posible asesinato que se irá dilucidando a lo largo de la historia.

El arco oscilará en la oscura desaparición y otros temas con los que los jóvenes lidian ahora.

Una generación no tan ingenua. Cambiar la perspectiva de los problemas adolescentes a la par de una serie con un lenguaje y narrativa más contemporánea, es uno de los objetivos del creador de este nuevo concepto, Roberto Aguirre-Sacasa.

En el cómic, por ejemplo, el personaje de Verónica (de origen latino) lucha contra la rubia Betty por el amor de Archie. Ahora es diferente, incluso ambas sellan una alianza momentánea con un beso en la boca desde el primer episodio.

La escena termina siendo chusca, pues otro personaje, Madelaine, les recuerda que los besos entre mujeres dejaron de ser tabú en los 90.

“Creo que la gente realmente ama la idea de que Betty y Verónica sean amigas; las relaciones en esta historia no están delimitadas por prejuicios”, considera el escritor.

La actriz que le da vida a Verónica destaca la escena del beso como un ejemplo de la laguna que puede haber entre generaciones.

“La gente mayor podría sorprenderse de que un beso entre mujeres ni siquiera es extraordinario desde hace décadas; ahora es común verlas ejerciendo su sexualidad y confiadas en lo que sienten y desean”, opina la actriz. Para ella la definición de Riverdale millennial es bastante sencilla: “En nosotros hay una pérdida de la inocencia’”.

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