Unos más muertos que otros pero los que se quedaron al cierre del Vive Latino cerraron con broche de oro -pese al cansancio y/o las cervezas- una edición más. Así, mientras unos se repartían en el Sinfónico de Sabo Romo otros se acomodaban en la Carpa Indio para escuchar a Prodigy tras Café Tacvba y muchos más decidieron terminar la noche en la Carpa Doritos con el argentino Gustavo Cordera.

Los vendedores de cerveza caminaban de un lado a otro con un cansancio evidente ofreciendo las últimas de la noche, los vendedores de comida, exhaustos, descansaban de la ausencia de hambrientos ya saciados sentados sobre cajas o lo que se pudiera y escuchando sin tanta alegría a los artistas de las carpas y algunos asistentes ya habían perdido la batalla del aguante y se habían rendido en alguna esquina. Mientras todo eso pasaba el último concierto de la Carpa Doritos se retrasaba 17 minutos por el sonido  de la carpa contigua.

En cuanto cesó Cordera salió y cantó "Mi Caramelo" "El tiempo no para", canciones que fueran de Bersuit. Luego siguió con algunas de su proyecto personal, "Canción para mi cabeza", "Hablándote" "Asalto de cumbia" y "La bomba loca".

"Ocho años que no piso este lugar y el recibimiento ha sido más grande que lo que yo me imaginaba (...) me he perdido para volver a encontrarme, he vuelto, he muerto pero también he renacido" dijo a los asistentes y cantó "Soy mi soberano".
Antes de dejar el escenario cantó "Un Pacto", agradeciendo a todos por su asistencia.

lsm

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses