En esta esquina: los herederos, en esta otra: los familiares que no fueron considerados en el testamento. Así es como se desata la lucha en el ring de los tribunales luego de que los testamentos salen a la luz.

El pleito ocurre hasta en las mejores familias como la de Joan Sebastian , la de Juan Gabriel y , recientemente, la de Cantinflas .

Los sorprendidos familiares que descubren no haber sido considerados, los que aparecen luego de la muerte y los que “defenderán su derecho”, deciden impugnar los testamentos.

Sin embargo, el proceso para impugnarlo no están fácil, de hecho, puede tomar hasta tres años en que pueda haber algún cambio en la voluntad del difunto.

Según la abogada Gloria Hernández Alatorre un testamento es la “manifestación de la voluntad de una persona en donde dispone de sus bienes y derechos después de su muerte”.

Esa manifestación se tiene que hacer de manera espontánea y sin ningún tipo de presión. “Cuando se emprende un procedimiento judicial que determina la procedencia de un testamento. Lo que se ataca en el caso de una impugnación son los elementos básicos que constituyen el testamento. Esto se logra siempre y cuando se pueda demostrar que no es una manifestación espontánea y libre del sujeto”, dijo la abogada.

De esta forma, la impugnación del testamento queda en manos de juez que puede determinar que lo expresado en el testamento no surta efecto en alguna de sus partes.

“En el caso que se determine la nulidad de un testamento, los bienes serán repartidos conforme a la sucesión familiar. Esto es que se llamarán a los familiares y repartirán a los más cercanos, los cuáles son: hijos y esposa de manera igualitaria”, agregó Hernández Alatorre.

Este sería el camino que las familias de los fallecidos artistas tendrían que transitar para poder obtener algún bien del legado de Juan Gabriel, Joan Sebastian y Cantinflas.

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