En medio de la avalancha de Donald Trump criticando a los migrantes mexicanos, asegurando que sólo llegaba lo peor a EU, como asesinos, violadores y narcotraficantes, Alejandro González Iñárritu aprovechó el espacio del Oscar a Mejor dirección por El renacido, en febrero pasado, para abrir fuego.

“Hay una línea en la película en la que Glass (Leonardo DiCaprio) dice a su hijo: ‘no te escuchan porque ven el color de tu piel’.

“Qué mejor oportunidad para nuestra generación de liberarnos del prejuicio y de esta mentalidad tribal y de asegurarnos que por siempre el color de la piel sea algo tan irrelevante como el largo de nuestro cabello”, dijo el realizador, con estatuilla en mano.

El Negro, como se le conoce en el mundo cinematográfico, obtuvo este año su segundo Oscar a Dirección consecutivo, luego de que en 2015 había hecho lo mismo por Birdman.

En total tiene en sus vitrinas cuatro galardones, sumándose los de Película y Guión 2015.

Esa vez el actor Sean Penn bromeó sobre el escenario al preguntarle quién le había dado la Green card (permiso para poder trabajar en el pais del Norte).

Y Trump, magnate empresarial entonces aspirante a ser candidato presidencial estadounidense, dijo que al ver tanto mexicano subir a recoger premios, había decidido dejar de ver la ceremonia del cine.

Así que cuando González Iñárritu tuvo oportunidad, pegó con guante blanco, al decir de muchos. En redes sociales comenzaron a felicitarlo más allá del premio, por el discurso que duró casi dos minutos.

Instantes antes, Leonardo DiCaprio que había ganado su primer galardón de la Academia en la categoría de Mejor actor y se deshizo en elogios para el mexicano.

“Es un visionario, un gran amante del cine, jamás había trabajado con alguien como él”, expuso el histrión.

Con sus dos Oscar en Dirección, González Iñárritu igualó a los realizadores leyenda Oliver Stone (Pelotón), Milos Forman (Mozart) y Elia Kazan (Un tranvía llamado deseo) con igual número de estatuillas.

Después de la ceremonia, el cineasta se tomó unas vacaciones, Llevaba casi dos años con el proyecto, a bajas temperaturas varios días durante el rodaje y encabezando una campaña promocional para el Oscar.

“Sólo quiero hibernar como oso”, dijo.

Los tres amigos en Hollywood


1995
Alfonso Cuarón es el primero en llegar a la Meca del Cine, al ser contratado para dirigir La princesita.


1997
El tapatío Guillermo del Toro es segundo. Luego de Cronos sobre un vampiro moderno, es llamado por Miramax para dirigir Mimic.


1998
 Cuarón consigue llevar a la pantalla Grandes esperanzas con Gwyneth Paltrow y Ethan Hawke.


2002
 Del Toro se pone al frente del más famoso vampiro diurno en Blade II.


2003
Alejandro González Iñárritu conmociona con Amores perros, nominada al Oscar y eso le da crédito para poder mover en EU 21 gramos, protagonizada por Naomi Watts y Sean

Penn.


2004
 Warner se fija en Cuarón para hacerlo responsable de Harry Potter y el prisionero de Azkabán, siendo aplaudida por la crítica. Ese mismo año, Del Toro encabeza el proyecto del demonio rojo Hellboy.


2006
 Iñárritu dirige Babel, con Brad Pitt.


2007
 Hijos del hombre da nominación al Oscar a Cuarón en las categorías de Guión y Edición. Del Toro, con la producción mexicana El laberinto del fauno, lo obtiene en Película de lengua extranjera.


2013
Tras secuela de Hellboy, Del Toro inicia Titanes del Pacífico.


2014
 Gravedad da a Cuarón los Oscar de Dirección y Edición.


2015
 González Iñárritu arrasa con Birdman. Gana estatuilla dorada a Película, Dirección y Guión. Y Del Toro filma La cumbre escarlata.


2016
El Negro repite en Mejor dirección por El renacido.

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