viridiana.ramirez@eluniversal.com.mx

La fogata al pie de las escaleras alumbra una soberbia fachada azul cobalto, decorada con arcos y dos filas inmensas de palmeras espigadas. Es la entrada a Santa Rosa, hacienda que forma parte de los hoteles boutique de The Luxury Collection de la cadena Starwood, en el municipio de Maxcanú, a una hora de la capital yucateca.

Su pasado henequenero ha sido devorado por la selva, dejando el edificio de máquinas y una capilla como testigos de aquella industria.

La naturaleza no pudo destruir la casa del patrón ni  la del capataz, ahora transformadas en 11 suites fastuosas donde se alojan  estrellas de  cine e integrantes de gabinetes diplomáticos.

Detrás de los portones que sellan la intimidad de cada habitación, hay muebles tallados a mano, techos altísimos sostenidos por vigas de madera y puertas que conectan con albercas privadas o jacuzzis hechos en los  pozos de piedra que utilizaban los mayas para almacenar agua.

Los jardines se recorren a pie o en bicicletas disponibles de cortesía. En uno de ellos se instaló una farmacia natural, supervisada por un médico tradicional que sabe curar con plantas el jetlag y hasta cálculos en los riñones.

El catálogo de actividades incluye cenas privadas en cenotes, observación de aves en compañía de un biólogo y clases de cocina yucateca con un chef de renombre.

www.haciendasantarosa.com

Tekik de Regil

Sentirse el dueño de una hacienda por un día tiene su precio. Catherwood Travels, una empresa especializada en diseñar experiencias personalizadas y de ultra lujo, renta la hacienda Tekik de Regil para hacer ese sueño realidad. Está en el pueblo de Timucuy, a 25 minutos de Mérida.

Disfrutar de una comida en los jardines, dormir en una de las habitaciones y escuchar un concierto de música clásica junto a la piscina cuesta alrededor de 30 mil pesos por día.

Pueden agregarse expediciones a sitios arqueológicos en plena excavación o reservas naturales que no están abiertas al público. Un equipo de biólogos y arqueólogos  dirige las aventuras.

Tal vez el viajero prefiera descender cenotes a rappel y presenciar una ceremonia maya para bucear después; o hacer yoga, recibir un masaje, o disfrutar de un picnic con tragos de champaña y bocadillos preparados al instante.

catherwoodtravels.com

Yaxcopoil

El “lugar de los álamos verdes” es una hacienda convertida en parador turístico y museo  que se encuentra en la carretera Mérida-Uxmal. La habita un descendiente de los propietarios  originales desde 1860.

Yaxcopoil conserva una capilla de la época colonial, un juego de pelota y una estructura piramidal de 20 metros de altura, ambos  mayas.

En la refresquería se puede comprar miel de abeja melipona, considerada desde tiempos milenarios un remedio milagroso para combatir carnosidades, cataratas, heridas o úlceras.

Un cuarto de peones fue habilitado con dos camas y hamacas para ofrecer hospedaje a los viajeros que hacen una pausa en su viaje por la península de Yucatán.

www.yaxcopoil.com

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