Guía para identificar a un chilango

Nadie sabe con certeza el origen o connotación real de la palabra, pero chilango se refiere a todo aquello que habita en el DF.

Algunos han atribuido el origen de nuestro ‘gentilicio’, no oficial, a  la palabra maya xilaan, que significa ‘desgreñado’ o al náhuatl chilan-co, ‘dónde están los colorados’, haciendo alusión al color de nuestra piel.

El sitio Propiedades.com se dio a la tarea de enlistar algunas características personales, tradiciones y costumbres que sólo un verdadero chilango es capaz de hacer y reconocer.

1. Los tacos al pastor, de canasta y las tortas de chilaquiles y tamal son alimentos sa-gra-dos. Sólo nuestra imaginación y estómago pueden asimilar ese poder de transformar todo en torta.

2. El Zócalo, punto de reunión. Se ha convertido en una plancha de piedra adaptable para lo que sea necesario: conciertos gratuitos, pistas de hielo, canchas de futbol, templete de protestas y hasta escaparate para la venta de artesanías o comida. No hay un chilango que nunca haya utilizado el asta bandera como punto de reunión.

3. Aunque ya dejó de existir en el diccionario, la ‘ch’ es la favorita: chale, chido, chamba, chafa, pachanga, chupe (escúchese la canción Chilanga Banda para más información). El ‘cantinfleo’, ese rodeo infinito para decir las cosas, también es parte del estilo.

4. Viajar en Metro es toda una experiencia y no precisamente religiosa. Hay que subirse en las horas pico para conocer el sentimiento de la cercanía inevitable, incluso calurosa, con un desconocido. Además, dentro del transporte ‘se va llevar’ o ‘le vienen manejado lo que es’ el disco de moda, el juguetito y las guías para aprender inglés.

5. Fabrica sus propias ‘ciencias esotéricas’, poniendo botellas de plástico con agua para evitar que los perros orinen en los jardines. No hay que olvidar la bolsita espanta moscas.