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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
Apenas arrancó el desfile de pilotos a bordo de autos clásicos y el actual campeón de la Fórmula Uno, Lewis Hamilton, conquistó el afecto del público de la tribuna 9 del compejo Moisés Solana, al acercarse a ellos y regalarles souvenirs.
Hamilton se bajó del Mercedes que lo transportaba y se acercó a las mallas de seguridad a regalar algunas gorras a los aficionados.
“Nunca había visto una fanaticada así en todos los años que he estado en la Fórmula Uno, la verdad no esperaba que fuese así, fue fenomenal todo, la energía, las personas, lo feliz que estaban y la gran cantidad de gente que vino, lo más que he visto en toda mi vida”, externó el británico, que ya acumula tres títulos del mundo.
Fueron poco más de cinco minutos los que Lewis estuvo compartiendo con la gente que se arremolinó para alcanzar alguna gorra.
Sergio Pérez hizo lo mismo, pero el mexicano aprovechó la magnitud de las tribunas del Foro Sol para acercarse al público que durante casi dos horas, no paró de vitorear al volante de Force India.
Uno de los momentos que más cimbraron el Gran Premio de México fue la interpretación del himno nacional, en voz de un coro de niños mixes, con el acompañamiento de los más de 100 mil aficionados que colmaron el Autódromo de los Hermanos Rodríguez.
‘Checo’ acompañó con todos los aficionados el canto de los niños, todos de entre cinco y 12 años de edad en una ceremonia que fue vistosa y realizada bajo un cielo totalmente despejado, sin amenaza de lluvia.
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