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Cuando cayó el empate a dos goles, obra de Fidel Martínez, Ricardo Ferretti mandó el mensaje: “el juego se cierra, nos vemos en Monterrey”, y el maestro superó al alumno.

Empate a dos a favor de Tigres. Igualada que por los goles de visitante beneficia a los felinos del norte y que pone a Pumas con la misión de ganar en el Universitario en la vuelta por los cuartos de final del Apertura 2016.

Empate justo el que se vivió en CU. Con unos Tigres que se fueron dos veces arriba en el marcador con goles de Ismael Sosa y Jürgen Damm, pero que se vieron alcanzados por la otra garra, la de los Pumas por conducto de Pablo Barrera y Fidel Martínez.

Todo se define en La Sultana del Norte, donde los Tigres tienen ventaja, a pesar del empate a dos.

Algo le pasa a André-Pierre Gignac, que ya no es el mismo, por lo menos no el de hace tres meses. Antes, cualquier pelota que le llegaba, incómoda o no, la remataba, e iba con dirección a gol.

Algo le pasa a Gignac, pero eso no quiere decir que la clase se pierda. Segundos después de desperdiciar la primera, no echó a perder la segunda, ya que le puso un pase de oro a Ismael Sosa, quien entró al área para definir de tres dedos y abrir el marcador (7’).

Con la ventaja en la bolsa, Tigres, contra su costumbre, no se tiró atrás, fue por el balón a cancha de Pumas, obligando al equipo de Juan Francisco Palencia a jugar a lo largo, facilitando el trabajo defensivo de los norteños, que con tirar la línea, resolvían el problema.

Los de Ricardo Ferretti, con el espacio de su lado, eran los más peligrosos y en un tiro-centro, Javier Aquino hizo temblar a CU al mandar el balón al poste. En el rebote, Darío Verón, con oportuna barrida, evitó que Gignac metiera el segundo de los regios.

Poco a poco, Pumas sale del dominio Tigre. Los extremos son cada vez explotados más y los centros no dejan de caer. Nahuel Guzmán se ha mostrado seguro durante todo el juego, hasta que a los 33’, sale mal, deja la pelota suelta y Pablo Barrera de bote pronto dispara a portería, la pelota va para afuera, pero Juninho mete la mano, sin querer o queriendo, pero para el árbitro, Jorge Isaac Rojas, es penalti, apoyado en su asistente.

El mismo Barrera con un potente tiro a la derecha del “Patón”, empata el marcador (36’). Pumas fue por más. No importando el futuro fue por el presente y el riesgo fue grande.

El mano a mano en defensa fue la constante. Primero Aquino siembra a Verón, pero su disparo pasa lejos de la portería de Palacios y al terminar la primera parte, Gignac hizo un autopase sobre “Pikolín”, pero el balón se fue por la línea de meta.

Los locales iniciaron con nuevo fervor la segunda parte, con tanto que volvieron a dejar el espacio largo, así le llegó la pelota a Jürgen Damm, quien había pasado inadvertido en la primera parte, pero con el recorte y con el tiro que hizo para el segundo gol tigre (48’), pagó su estadía en la cancha.

Festejó a lo Cristiano Ronaldo.

Pumas simplemente no reaccionaba. El trabajo de Guido Pizarro se agrandaba al paso de los minutos. Pablo Barrera, tan incisivo en la primera parte, desapareció en la segunda.

Pero Tigres se volvía a equivocar. Centro raso a la desesperada de Van Rankin, Tigres vuelve a utilizar la línea como defensa, Britos está adelantado, también Gallardo, pero Fidel Martínez no; el ecuatoriano, solo y su alma, recibe y cruza a Guzmán (66’). El juego se vuelve a empatar.

La igualada despierta a Pumas. La delantera ya no está tan estática. Britos sale a las bandas, Martínez pasa al centro, Barrera toma la media cancha.

Tigres vuelve a ser Tigres. El “Tuca” manda cambios, el mensaje es que el 2-2 es bueno para la vuelta. A pesar del empate, Tigres se lleva la ventaja.

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