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Parece una imagen detenida en el tiempo, de archivo o videoteca, pero es ‘streaming’ en su estado más puro y nítido. Las últimas lágrimas del pueblo celeste rodaron tras el silbatazo final del árbitro César Ramos, producto de la enésima desilusión provocada por un equipo que volvió a mostrar su enorme poder de autodestrucción. Los abucheos y la petición popular de que Tomás Boy se vaya retumbaron.

No, tampoco será en el Clausura 2016. El Cruz Azul cumplirá 18 años y medio sin ser campeón en la hoy llamada Liga MX. Se le han ido 37 oportunidades, aunque ese objetivo ahora luce más lejos que nunca. Ha dejado de ser ese equipo que perdía finales de manera inverosímil. Ahora ya ni clasifica a la Liguilla. Se ha quedado fuera por cuarto torneo consecutivo, la mayor racha en la historia de una institución que ya ni siquiera presumirá ser la que tiene mayor número de asistencias a la fase final. Se encuentra estancada en 50... Y el América disputará su número 51 en unos cuantos días.

Goleada en contra (0-3) que destrozó miles de corazones en la antigua Ciudad de los Deportes y millones en el país, porque todavía hay quien cree en un conjunto relacionado con la calamidad.

Quedó claro con ese llanto que reflejó impotencia tras el penalti fallado por Christian Giménez (29’) y la absurda tarjeta roja vista por Joao Rojas (60’). Porque los Tigres fueron superiores, sobre todo en la batalla de los sentimientos, aunque La Máquina cometió garrafales pifias que le impidieron, al menos, empatar. Al final, la igualada le habría mantenido con vida. Eso es lo que tanto dolió a su pueblo: lo único que le eliminaba ayer era perder... Y lo hizo frente al campeón, que por fin se pareció a ese equipo que dio la vuelta olímpica en CU.

Los felinos sólo tendrían vida con un triunfo. Lo buscaron con Javier Aquino como principal arma. Sí, ese habilidoso chico formado con los Cementeros. Dejó claro que lo suyo con los celestes sólo es pasado. Desquició a Ariel Rojas. Tomás Boy también se desesperó, por lo que probó con Rafael Baca y Fabio Santos como laterales izquierdos. El brasileño cumplió a medias, pero el juego ya estaba sentenciado.

Los Tigres lo definieron con una mágica tarde de su dupla ofensiva. Rafael Sobis exorcizó los fantasmas del monarca con aquel derechazo que hizo estéril el lance del arquero José de Jesús Corona (15’). Aldo Leao Ramírez perdió el balón en la salida y lo dejó a merced de André-Pierre Gignac, quien tocó a su socio.

Empezaba el calvario para un pueblo que buscó las escaleras tras el segundo tanto del francés (74’).

Lo de los azules es fallar a la hora cero. Sólo tuvieron la pelota el 47% del tiempo y apenas realizaron un par de remates al marco de Nahuel Guzmán. El primero, un cabezazo de Jorge Benítez, cuando ya perdían por la mínima diferencia. El rival hizo cuatro... Metió tres.

Dos, cortesía de Gignac. El primero, una obra de arte. Recibió la pelota por el sector izquierdo y aprovechó la tibia marca de Omar Mendoza. Suicidio cementero. El galo recortó hacia el centro y sacó un derechazo que colgó del ángulo izquierdo de la meta local. El vuelo de Corona sólo hizo más espectacular la jugada.

Par de derechazos que cimbraron al Cruz Azul, pero la falla del ‘Chaco’ lo noqueó. Su líder se equivocó cuando menos podía hacerlo. Su ejecución del penalti se estrelló en el poste izquierdo del marco norteño. En su desesperación, el símbolo azul intentó un contrarremate, pero estaba en fuera de juego automático. Hasta de las reglas se olvidó.

El resto de su equipo hasta de las formas. Por eso hubo quien coreó los toques del campeón, esos que La Máquina jugó en modo cadavérico. El gran pase de Zelarayán dejó a Gignac frente a Corona. No falló. Tanto decimotercero del europeo. Será el monarca de goleo individual.

Su talento tiene con vida al campeón, que se medirá al Monterrey en cuartos. Es cierto que Pumas aún puede alcanzar a Tigres, pero su diferencia de goles (-1) es considerablemente inferior a la de los monarcas (+10), que llegaron al Azul con 257 minutos sin anotarle a los celestes. La racha quedó en 272.

El Cruz Azul terminó el certamen con 322 sin anotar en casa. Sí, el enésimo fracaso está consumado, por lo que las lágrimas volvieron a rodar por las mejillas celestes. No, no es imagen de videoteca... Es ‘streaming’ puro y nítido.

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