Más Información

Sheinbaum visita Parque Ecológico Lago de Texcoco; "es ahora un área natural protegida y no un aeropuerto inviable", afirma

Hallan muerta a mexicana que viajó a Colombia con su pareja para celebrar su aniversario, esto se sabe
daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Ya no era sofocante el calor, el sol había dejado de pegarle de frente, pero Tomás Boy prefirió observar sentado en su banquillo, los cinco minutos finales, esos en los que el Cruz Azul comprobó que la vida sin Jorge Benítez ni Christian Giménez es anémica, sin gol.
Decepción colectiva. Eso explicó el sonoro abucheo de los poco más de 25 mil aficionados presentes en la antigua Ciudad de los Deportes. La Máquina no pasó la prueba sin sus dos máximos realizadores en el Clausura 2016, por más que rescató la igualada (0-0), pese a jugar con un hombre menos durante poco más de media hora.
El Pachuca volvió a salir con vida del estadio Azul, tal como lo ha hecho durante casi un sexenio. No pierde en el hogar de los Cementeros desde el 14 de agosto de 2010 (1-4). A partir de entonces, suma un triunfo y cuatro empates.
Aunque el de ayer le supo amargo. Visitó a uno de los dos clubes que se mantienen invictos en casa, pero la superioridad numérica hizo soñar al estratega uruguayo Diego Alonso, quien se marchó al camerino con la boca amarga.
Los Tuzos tuvieron una buena oportunidad para consolidarse en las dos primeras posiciones. Sólo les alcanzó para mantener las tres unidades de ventaja sobre los celestes (22 por 19).
El Cruz Azul alargó a 15 su racha de imbatibilidad en cotejos oficiales, entre Liga y Copa (nueve éxitos y media docena de igualadas), pero la unidad significó un golpe de realidad, sobre todo porque comprobó que carece de ‘punch’ sin el ‘Conejo’ (siete anotaciones en el campeonato) y el ‘Chaco’ (cinco). Primera vez en todo el semestre que termina un encuentro sin estremecer las redes contrarias (18 juegos previos).
Por lo que la mirada del ‘Jefe’ asomó frustración cuando su apuesta final fue colocar a Joao Rojas acompañado de los juveniles Víctor Zúñiga y Kevyn Montaño. El segundo realizó su presentación en la hoy llamada Liga MX.
No desentonó. Mostró arrojo y pequeñas dosis de liderazgo. La Máquina realizó su primer disparo a portería, justo cuando se cumplió una hora de juego. Fue del debutante. El segundo llegó 19 minutos después, ejecutado por Zúñiga.
Reflejos de las carencias cruzazulinas sin los hombres que reactivaron la ilusión de un pueblo que volvió a hacer su parte. Ni los casi 30 grados de temperatura que se sintieron durante la mitad inicial frenaron el aliento.
A diferencia de lo hecho por varios jugadores, quienes sucumbieron en la peculiar batalla con el clima. Los primeros 45 minutos se efectuaron en ‘slow motion’, con interminables gotas de sudor en los rostros de los futbolistas.
Las ráfagas de aire en el complemento refrescaron a casi todos, porque Aldo Leao Ramírez demostró seguir ‘caliente’ al tirar un irresponsable puñetazo al contención Jorge Hernández (54’). Fue entonces que pereció la ilusión azul.
Porque buena parte del resto estuvo dominada por el Pachuca, salvo esos minutos en los que el aplaudido Óscar Pérez se las ingenió para controlar el ímpetu de la ‘chaviza’ local.
Sin uno de sus comandantes en la mitad de la cancha, La Máquina perdió la batalla en la trinchera (tuvo el balón 47% del tiempo), pero arrinconó a los hidalguenses, quienes fueron traicionados por ese inexplicable raciocinio que tienen casi todos los equipos cuando son visitantes, en el que se indica que no perder es buen negocio.
Preso de cólera, Alonso se desgarró la voz en pos de intentar que sus hombres reaccionaran. A final de cuentas, el adversario sólo apostaba al ímpetu y la velocidad para intentar hacer daño. Durante el complemento, Boy sacó del lienzo verde a los imprecisos Matías Vuoso y Joffre Guerrón, quienes se fueron severamente abucheados.
Los silbidos se multiplicaron tras el silbatazo final de Ortiz. El estratega del Pachuca, molesto, aceleró el paso rumbo al camerino, mientras que el ‘Jefe’ tuvo un paso más cancino, reflexionaba sobre el golpe de realidad que acababa de recibir, porque ha comprobado que la vida sin Benítez ni el ‘Chaco’ es anémica... Y el miércoles viene la semifinal de la Copa frente al Necaxa. Ninguno estará. De hecho, es probable que ni siquiera el guaraní alcance a llegar al choque del sábado en Culiacán, donde los agonizantes Dorados de Sinaloa se jugarán la vida ante una Máquina chata.
Noticias según tus intereses
[Publicidad]
[Publicidad]












