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Tendido sobre el césped del estadio Jalisco, mientras recibía asistencia médica, Christian Giménez apretó con rabia el puño derecho. Presentía que el impacto que le acababa de dar Jefferson Duque, delantero del Atlas, tendría consecuencias graves. Sus temores fueron confirmados.

Después de practicarle una tomografía, se diagnosticó que debe ser intervenido quirúrgicamente. Durante el juego del sábado en la casa de los Rojinegros, el ‘Chaco’ sufrió dos fracturas en el arco cigomático izquierdo y otro par en el cigoma, lo que explicó la inflamación en su pómulo. Estará fuera de actividad entre cuatro y seis semanas.

Mazazo para el Cruz Azul, justo cuando luce embalado: dentro del Top 5 en el Clausura 2016 y semifinalista en la Copa MX.

“Es una noticia mala para nosotros, pero —dentro de todo, porque lo más importante es la salud del jugador— se está haciendo todo lo posible, junto con él, para que —primero— quede completamente bien, sano, que no tenga consecuencias, y después que vuelva lo más pronto posible”, comparte Eduardo de la Torre, director deportivo de La Máquina, entrevistado vía telefónica. “Afortunadamente va a poder hacer trabajo”.

“La inmediatez es que va a estar fuera algunas semanas y, en el momento que estaba el ‘Chaco’, sí es una merma”.

Giménez es el segundo máximo anotador de los Cementeros en el presente torneo liguero (cinco goles), sólo detrás del paraguayo Jorge Benítez, quien suma siete. No firmaba tantos desde el Clausura 2013, cuando terminó con ocho. Además, lleva dos en el certamen copero.

Con 34 años de edad, es pieza clave en el esquema de Tomás Boy. Si se recupera en el menor tiempo pronosticado, estará de regreso para el juego de Liga en Veracruz (antepenúltima jornada). Su participación en la Copa terminó.

Pese a esto, los altos mandos cruzazulinos no solicitarán inhabilitación a Duque.

“Se ha platicado al respecto y hemos llegado a la conclusión de que fue una jugada muy desafortunada... Quizá hasta con alguna fuerza, pero no encontramos elementos y no hemos visualizado alguna intención o acción en la que el jugador [de los tapatíos] sea culpable o tenga motivos para que pensemos que fue intencional”, asegura el ‘Yayo’. “Son jugadas que se presentan en la cancha, desafortunadas, accidentales, en las que se conjugan muchas cosas para que se den estas consecuencias, pero hasta ahí”.

De lo que sí está seguro es que el silbante, Paul Delgadillo, debió señalar penalti.“Eso sí... Pero también [resulta] muy complicado para el árbitro, porque es un movimiento de brazo en el que el jugador del Atlas, Duque, lo que intenta —al perder de vista la marca— es detener al contrario o simplemente abrir los brazos”, percibe el ex goleador.

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