Nueva Jersey.— Fue un primer semestre de ensueño para la dirección de selecciones nacionales. Todos los representativos que buscaron entrar a su respectiva Copa del Mundo, lo consiguieron.

La Sub-17, al mando de Mario Arteaga, calificó al Mundialito de Chile, en octubre próximo. La Sub-20, con Sergio Almaguer como técnico, ganó su lugar a Nueva Zelanda.

La Femenil Mayor consiguió boleto al campeonato de Canadá con Leonardo Cuéllar a la cabeza.

El futbol Playa entró al certamen de Portugal, al mando de Ramón Raya. En tanto que la Sub-22 de Raúl Gutiérrez se preparaba para Toulon y los Juegos Panamericanos. Y la Mayor iba rumbo a un buen papel en Copa América.

No había hombre más feliz y pleno en la Femexfut que Héctor González Iñárritu, director de Selecciones Nacionales.

“Los objetivos se van cumpliendo”, alardeaba. Pero había que dar un paso más. Y fue hacia atrás...

Almaguer decepcionó al ni siquiera avanzar a octavos en el Mundial Sub 20. Vinieron los fracasos de la Sub-22 en Toulon, luego la pésima Copa América, los conflictos del ‘Piojo’ y sus preferencias políticas. Además, la nueva eliminación del Tri femenil en un Mundial y, en paralelo, la polémica entre Cuéllar y la jugadora Charlyn Corral.

Peor aún, el equipo playero pasó de largo en Portugal y ahora la Mayor peligra en Copa de Oro.

Hoy, más allá del director técnico  Miguel Herrera,  no hay hombre más cuestionado que Héctor González Iñárritu. Su posible sucesor, Guillermo Cantú, está listo para asaltar las oficinas del Centro de Alto Rendimiento en cuando venga el cambio de estafeta en la Federación mexicana de Futbol y Decio de María tome el mando.

Las hojas del calendario pasan y de una página a otra, puede cambiar toda una historia.

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