San Francisco.— La semana pasada frente a un rival que presumía de una sólida defensa, Aaron Rodgers lanzó 333 yardas y cinco pases de touchdowns para derrotar a los Chiefs de Kansas City. Ahora se mide a los 49ers de San Francisco, conjunto que se le indigesta, pues a los Packers de Green Bay los derrotaron en los últimos cuatro partidos, incluyendo dos de Playoffs.

Pero esto podría cambiar para Rodgers y compañía, pues con su artillería ofensiva podrían desarmar a los 49ers, que aceptaron 90 puntos y casi 900 yardas en sus dos anteriores encuentros, algo que no sucedía desde 1980.

Aaron Rodgers jugará como en casa, pues nació en el norte de California, pero sobre todo quiere mandar un mensaje de autoridad ya que pretende estar de nueva cuenta en el Levi’s Stadium para disputar el Super Bowl en febrero.

El quarterback de Green Bay sufrió la baja de otro de sus receptores cuando Davante Adams dejó el partido por una lesión en su tobillo. Sin embargo, Rodgers pudo llegar a 10 touchdowns por aire, sin sufrir todavía intercepción alguna. Pero Rodgers está cubierto con sus receptores Randall Cobb, que tuvo una marca personal la jornada pasada al anotar tres veces y atrapar siete pases para 91 yardas, y James Jones, que sumó 139 yardas.

La defensa de San Francisco deberá jugar como lo hizo en la apertura de la temporada cuando derrotó a los Vikings. Sin embargo, las ausencias del equipo se mostraron en las dos derrotas que hilvanaron, la anterior por marcador humillante de 47-7 que les propinaron los Cardinals. En ese partido, Collin Kaepernick fue interceptado en cuatro ocasiones, dos de ellas devueltas
para anotación.

Kaepernick, sin embargo, tiene marca de 3-0 con seis touchdowns, dos intercepciones y un rating de 101.3.

Quizá lo mejor que puedan hacer los 49ers es darle el balón a Carlos Hayde, quien acumula 262 yardas y un par de anotaciones.

Una victoria de los 49ers podría inyectar una carga de ánimo, pero luce más que complicado al enfrentar a Rodgers. 

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