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Río de Janiero.— Pasar más de cinco horas sentado a ras del pavimento no incomoda al estadounidense Bud Kling. Al fin y al cabo, ya está acostumbrado.

Por más de 30 años el aficionado al olimpismo ha recorrido el mundo para continuar con la tradicional tarea de intercambiar pines con atletas participantes en los Juegos. Comenzó en Los Ángeles 1984 y desde entonces, no ha fallado.

“Me gusta conocer diariamente a muchas personas, la gente me ve aquí y se acerca para mirar mi colección que ya suma miles de piezas. Estar en el suelo no es un problema para mí porque realmente me gusta este hobby y no me siento incómodo; al contrario, soy un afortunado por tener la oportunidad de ser testigo de la historia”, relata.

A un costado de los puntos de revisión en el Parque Olímpico, Kling convive con personas de todas partes del mundo; y aunque él sólo habla inglés, de alguna forma logra comunicarse con chinos, alemanes, ingleses, indios y mexicanos.

“Soy un apasionado de los deportes, en especial me gusta la natación y el tenis, es por eso que siempre asisto a los Juegos aunque tenga que correr con todos los gastos”.

El estadounidense no es el único. Dos o tres personajes de distintas nacionalidades también buscan intercambiar.

“A veces viajo con algunos amigos de Estados Unidos u otros países a quienes también les gusta intercambiar, es una pasión que seguiré haciendo mientras pueda costearlo”, cuenta el originario de Los Ángeles.

El estadounidense espera que los Juegos cariocas sean un éxito.

“La gente es muy cálida, muy amable y servicial. Ojalá toda la planeación que han tenido por tantos años se vea reflejada en una exitosa competencia”.

A Bud le gustan las entrevistas. Se dice honrado por tener la oportunidad de compartir su peculiar costumbre con medios de todo el mundo.

“Quiero dejar el mensaje de que el deporte es paz, convivencia y alegría. Los Juegos Olímpicos son una cosa que sucede cada cuatro años así que debemos aprovecharlos al máximo”.

Ayer, Kling, quien ocasionalmente asiste a Campeonatos Mundiales y Copas del Mundo, logró intercambiar 40 pines. Los próximos días espera recopilar más cuando visite el Centro Acuático Maria Lenk, el Centro Olímpico de Tenis, la villa olímpica y otras sedes.

A las carreras. Con el tiempo encima, los organizadores de los Juegos Olímpicos se han apresurado a culminar sus obras. Sin embargo, son muchas las fallas que se perciben a simple vista.

El Centro de Radio y Televisión, por ejemplo, no opera al cien por ciento lo que complica la salida al aire de los programas y el funcionamiento de las radiodifusoras.

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