La noche fue casi perfecta para el regreso de las Grandes Ligas a la Ciudad de México. Buen clima, cuadrangulares, lanzamientos veloces, hot dogs y cerveza se combinaron para crear una atmósfera similar a la que se experimenta en un juego de temporada regular.

La victoria de los Astros de Houston 11-1 quizá fue lo de menos importante para el público mexicano que acudió al estadio Fray Nano para ver a los peloteros que brillan en los parques de Estados Unidos.

Los aficionados se divirtieron con las jugadas que sobre el diamante de juego regalaron Carlos Correa, José Altuve, Alexei Ramírez y el resto del contingente de Padres y Astros que hicieron el viaje a la capital del país para impulsar las nuevas relaciones que se han fincado entre la Gran Carpa y México.

Correa, quien fue el novato del año de la Liga Americana la temporada pasada, se encargó de poner de pie al público del Fray Nano en la parte baja del cuarto inning al volarse la barda por los 387 pies del jardín derecho. El puertorriqueño se paró en el plato y aprovechó una recta de Robbie Erlin para conectar el sólido tablazo.

Fue el cuarto bambinazo de la pretemporada para Correa, quien está llamado a ser el rostro de los latinoamericanos en la Gran Carpa.

La artillería de los Astros continuó con otro jonrón espalda con espalda de Taylor White que castigó a Erlin por el bosque izquierdo que puso la pizarra 2-0 a su favor.

El pitcheo de Houston maniató a los bats de Padres que se fueron con apenas cinco imparables.

Chris Davensky se llevó la victoria en labor de cuatro entradas y un tercio en el que sólo aceptó tres hits y ponchó a siete elementos.

La derrota fue de Erlin quien en cinco capítulo aceptó par de hits, dos carreras limpias, dos bases por bola y abanicó a cinco enemigos.

El bajacaliforniano Leo Heras, quien fue el más ovacionado por su pasado en Diablos Rojos, impulsó dos carreras para los Astros.

La reaparición de México en la geografía de las Mayores podría calificarse como un éxito, pero con puntos a perfeccionar. La afición capitalina castigó a la organización al no llenar los poco más de seis mil lugares que se pusieron a la venta. La tribuna del jardín izquierda lució despoblada a pesar de que fue la de menor costo con 250 pesos por entrada, además de que los precios de los alimentos fueron similares a los estadios ligamayoristas. Los tradicionales tacos de cochinita alzaron sus costos de 12 pesos por pieza a 16 pesos, mientras que para comprar una pizza personal, se tuvieron que desembolsar 70 pesos.

La de ayer fue la primera victoria que Astros logra en México, pues en 2004 cuando disputó dos encuentros en el Foro Sol, perdió el primero y empató el segundo con los Marlins de Florida.

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