Bajar de peso para entrar en unos jeans podría ser descabellado para la mayoría de las personas, pero no para Karl Lagerfeld. En 2001, el ‘káiser de la moda’ perdió casi 40 kilos —según declaró— para poder lucir de manera digna las creaciones de Hedi Slimane para la firma Dior Homme, mismas que prácticamente se convirtieron en su uniforme.
Slimane, diseñador nacido en París en 1968, es responsable de que miles de hombres en todo el mundo perdieran el miedo a lucir pantalones y chaquetas muy ajustadas, así como de llevar altas dosis de rock&roll a su guardarropa. Su trabajo para la división masculina de Dior, en la cual estuvo al frente durante siete años, fue sumamente aplaudido ya que redefinió los códigos de la vestimenta para hombres al inyectar osadía y dotar de un carácter andrógino a las prendas, que fueron portadas por grupos como Franz Ferdinand, The Libertines y Daft Punk.
En 2007, cuando Slimane se encontraba en un punto alto de su carrera, decidió no renovar su contrato con la casa francesa para centrarse en su propia firma. “Hay áreas de mi trabajo que no son negociables”, declaró entonces, lo que dejó entrever que no se retiró en los mejores términos.
El hombre que cambió todo
Tras cinco años de mantener un perfil bajo, Slimane regresó en 2012 a las grandes ligas de la moda amparado por una de las firmas más prestigiadas de la costura moderna: Yves Saint
Laurent. Su fichaje, como era de esperarse, sembró más dudas que ilusiones: ¿podría recobrar el esplendor de la maison sin alterar su esencia? La respuesta fue “no”.
Tan sólo unos meses después de tomar las riendas del sello, decidió cambiar el nombre de la casa a Saint Laurent Paris, inspirado por la denominación de la primera boutique prêt-à-porter de su fundador. Su colección debut, aun cuando retomó elementos de los archivos de la casa, como el smoking, el color negro y las prendas de estilo safari, marcó para muchos un distanciamiento con la estética del maestro, al decantarse por siluetas sumamente ajustadas, cargadas de androginia y con un notable espíritu rockero, similares a la estética que distinguió su paso por Dior Homme.
Más de un crítico de moda se atrevió a referirse a sus atuendos como “diseños de bajo costo” y “carentes de propuesta”. Sin embargo, como bien dicen, el tiempo tiene la última palabra. En menos de cuatro años, Slimane ha logrado poner de nuevo a la firma en el panorama mundial e incrementar sus ingresos al doble, según un reporte presentado el año pasado por el grupo Kering, al que pertenece el sello.
Aún cuando hoy se habla de su posible salida de la maison, sus decisiones al frente de la dirección continúan representando un acierto para las finanzas y el posicionamiento de la marca. Prueba de ello es su reciente desfile realizado en Los Ángeles, donde la crema y nata del espectáculo se dio cita (entiéndase Justin Bieber, Lady Gaga e, incluso, Sylvester Stallone).
El éxito de Slimane no sólo radica en su conocimiento puntual de los deseos del público, sino también en su habilidad para materializar éstos en prendas que todos sueñan con llevar y los
hacen lucir como auténticas estrellas de rock. Es un hecho, los códigos indumentarios están cambiando, y Hedi Slimane es testigo y fiel partidario de esta revolución.