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Antonio Deltoro es un poeta de escritura pausada y creación reposada, sin embargo, es consciente de que, como decía Octavio Paz, “el poeta moderno tiene que ser un crítico”.

“Uno no siempre es poeta, a veces es un ciudadao y tiene que tomar como todo mundo, el mundo del trabajo y el mundo de la mercancía, pero de pronto hay momentos privilegiados, de aislarse y de vincularse con un tiempo más pasuado, mayor y más profundo. Uno es un peatón, como diría Sabines, y al mismo tiempo, un campesino”.

El poeta que goza de un gran pretigio entre sus pares, recién ha publicado Antonio Deltoro. Poesía reunida 1979-2014, un libro editado por la Secretaría de Cultura, que asegura el propio poeta: “representa un poco la sensación de que uno ha trabajado, de que ha permanecido en una vocación que como todas al principio es incierta, esa es una cosas positiva, y por otro lado también significa el hecho de que uno está a punto de terminar, sin embargo creo que en estas poesías reunidas todavía cabe algo de futuro, es decir todavía estoy escribiendo”.

En esta Poesía reunida, Deltoro incluye poemas inéditos de un libro que tiene terminado. “Entonces es como una especie de sensación de continuidad, una sensación de que uno es el mismo que comenzó pero ya con un trayecto ya caminado”, señala en entrevista Antonio Deltoro.

“Yo soy partidario de una poesía de baja velocidad, una poesía lenta. Yo soy un poeta lento, creo que uno de los deberes en este momento de la poesía es oponerse al tiempo de la prisa, del éxito, del resultado, hay qye poponerle un tiempo más profundo, mayor, que es el tiempo de la existencia humana. Creo que escribir un poema implica conectarse con los otros hombres del pasado que también han escrito poesía y con los hombres del provenir; una apuesta de que se continuará escribiendo poesía. Es un diálogo no solo con los contemporáneos sino con los hombres de todas las épocas”, señala Deltoro.

El poeta y ensayista nacido en la Ciudad de México en 1947, asegura que en nuestra sociedad que está dominada por el mercado y por la mercancía, el poeta tiene que oponerle a ese mundo de la mercancía un mundo un poco más serio, un mundo que puede ser el mundo del arte, pero también de la artesanía. “Cada libro y cada poema y cada verso comparte con el anterior ser de la misma familia pero ser al mismo tiempo diferentes”.

Por otro lado, sus libros le proponen al lector situarse al margen de la época, en un tiempo pausado. Antonio Deltoro dice que ya desde el punto de vista del verso, la prosa se manifiesta en la página como una especie de inundación de la palabra, un motín, y en cambio el verso está espaciado. “Ese espacio entre un verso y otro es el tiempo de la pausa y la incertidumbre, entre un verso y otro halla una apuesta, algo que uno no sabe qué es lo que va a pasar, casi casi uno toma carrera, paradódicamente, para saltar entre un verso y otro y para que surja el otro verso”.

El también autor de En las aguas del jueves para siempre y Los árboles que poblarán el Ártico, dice que es él hace prosa y verso. “Soy más abundante en el verso que en la prosa”.

Además reconoce que él le pone el mismo trabajo a la prosa que al verso, aunque en ambos su creación es siempre muy pausado y reposado.

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