El biógrafo de Miguel de Cervantes, Jordi Gracia, acaba de publicar el resultado de la nada fácil tarea de "intentar situarse en la mente" del escritor de El Quijote y explicar cómo nació la novela.

Así, Cervantes tiene "su propia voz" para explicar su propia vida, declaró Gracia en una entrevista en Washington, donde participó esta semana en los actos del cuarto centenario de la muerte de Cervantes organizados por la Embajada de España en EE.UU.

Jordi Gracia (Barcelona, 1965) ya había escrito sobre la vida de dos figuras españolas, el escritor Dionisio Ridruejo y el filósofo José Ortega y Gasset, pero cuando la editorial Taurus le encargó una nueva biografía de Cervantes, quiso ir un paso más allá y ofrecer una "perspectiva interior".

Por eso, a pesar de mantener el uso de la tercera persona, la abundancia de citas directas de palabras de Cervantes, extraídas de más de mil 500 documentos que Gracia analizó, ponen voz directa al autor de El Quijote.

Bajo el título "La conquista de la ironía", el biógrafo se propone que el lector "imagine, vea y sienta" las mismas "verdades, sueños y frustraciones" del literato, respetando el orden en que las experiencias sucedieron.

Gracia trató de ser "lo más escrupulosamente fiel a la sucesión de etapas vitales, sin adelantar nada ni fingir que Cervantes era autor de El Quijote a los 20" años, reconoció.

El propósito del biógrafo era "averiguar qué había sucedido" en la mente de Cervantes para que "empezara a fraguar un libro tan revolucionario, tan inimaginable, tan rompedor como 'El Quijote'".

La intriga de ese interrogante estaba en que el novelista había sido "un hombre de orden, fe e imperio, convencido de la sociedad católica y del exterminio del infiel" y, sin embargo, su obra cumbre representa "todo lo contrario".

Cuando Cervantes cumple los 50 años "adquiere la capacidad de revisar sus convicciones" y "deja de vivirlas de forma sectaria" para abrir la puerta de lo que Gracia llama "el laboratorio moral y sentimental del que nace 'El Quijote'".

Para el biógrafo, el momento clave en la vida de Cervantes es la época que vive en Sevilla, cuando "descubre la auténtica pluralidad de comportamientos, grupos sociales, costumbres".

"Allí conoce a las putas, a los golfos, a los ladrones, a los jueces venales, a una Iglesia corrupta... Allí lo conoce todo y nace el ansia de contarlo", añadió.

Solo fruto de todas esas experiencias, ese joven "poco interesante" para Gracia alcanza una "madurez luminosamente ilustrativa, fértil y fecunda".

Cervantes es capaz de generar "una combinación de géneros" que da lugar a "una gamberrada tal como es 'El Quijote'", con sus "chistes soeces, escatológicos y otros sublimes".

Para Gracia, lo más importante de Cervantes es que "prefigura el mundo moderno cuando el mundo moderno no existe", algo que incluye los fenómenos de "relativización, desdramatización y asumir que hay realidades simultáneas e incompatibles".

Así lo traslada por igual a los personajes de Don Quijote y Sancho, que son ambos a la vez "ridículos y admirables, heroicos y patéticos, botarates e inteligentes".

Y Cervantes, como creador de ese universo, "se convierte en una atmósfera de su libro" y se ve reflejado en todos sus personajes, según el biógrafo.

En eso consiste "la ficción moderna", un invento tan "precoz" que sus coetáneos no supieron entender y que los académicos de la época "despreciaron", recordó Gracia.

Cervantes fue un incomprendido y el biógrafo todavía hace una reivindicación más sobre una falsa creencia que, a su parecer, se ha arrastrado hasta la actualidad: "Demasiadas veces se insiste en que Cervantes fue un fracasado".

Sin embargo, el biógrafo defiende que "la voz de Cervantes en 'El Quijote' es la de un anciano jovial, alegre, relajado, que ha dejado de vivir esclavizado a sus propias ideas para tomar algo de distancia e ironizar".

Por eso, lo llama el "inventor de la ironía".

sc

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