Los 80 años que ha respirado los aires de América y Europa se celebran hoy con semblanzas, opiniones, entrevistas a estudiosos de Premio Nobel, “Trendig Topics”; con su nombre en lo alto de las portadas de Cultura en diarios de Iberoamérica, con una cena de gala en Madrid.

El hombre de los reflectores del espectáculo y las aparadores del frente de las librerías materializa ocho décadas en plenitud literaria, a decir de algunos críticos que hoy se leen referirse al Premio Nobel de Literatura.

La emisora W Radio transmitió esta mañana una entrevista exclusiva con el autor, en la que se refirió, entre otras cosas, al quehacer político y literario, así como a la prensa amarilla que le ha perseguido en los últimos meses.

El nacido en Arequipa en 1936 recuerda su incursión en las letras desde muy joven. Rememora que su padre, a quien conoció a los 10 años, tenía una noción estricta sobre la vida de un literato; lo relacionada con la “falta de hombría”.

Sin embargo, relata el Nobel, “mi familia nunca ha sido un obstáculo para mi vocación literaria”, aunque también “tenía la sensación absoluta de que la literatura no me iba a dar de comer” y pese a ello, decidió continuar con su interés.

Incursión política

Vargas Llosa recordó su candidatura a la presidencia de Perú en 1990, donde la súbita popularidad de Alberto Fujimori obligó a una segunda vuelta en la que el escritor fue derrotado. Rememora que “esas elecciones fueron de violencia. Se vivía un clima en el que la literatura no cabía”.

Cuenta que en una ocasión, durante su gira de campaña, una bomba fue instalada en el lugar en el que se contraba hospedado y “afortunadamente no explotó”, porque de haberse detonado, su hija Morgana, quien dormía en el cuarto de al lado, hubiera muerto.

También recuerda que su agenda repleta le impedía leer, como tenía acostumbrado de toda la vida. No era una vida que disfrutaba.

“El político tiene que ser una persona como un escritor o como un músico, con ciertos dones y con ciertos apetitos, una seducción por el poder que yo nunca he tenido. He tenido cierta desconfianza del poder”, asevera.

Sin embargo, consigna, “todos tenemos la obligación moral de hacer un tipo de político y yo lo hago escribiendo y opinando”.

Actualidad de la prensa

En el peruano nacionalizado español aborda los años de la violencia en Perú, así como de la prensa sensacionalista, misma de la que se dice víctima y lamenta que los medios de prestigio deban recurrir a este recurso para solventar sus números.

Dice que el periodismo se ha visto muy afectado por eso, porque cuando antes su misión era informar, ahora su misión es entretener. “Nada divierte más que lo morboso, lo escandaloso”, lamenta.

“Hace unos años todavía había una frontera entre un periodismo responsable y el escandaloso. Hoy en día es difícil distinguir entre ambos. En muy incómodo”, lamentó y no dejó pasar la oportunidad para ponerse como ejemplo.

“Es muy incómodo desplazarse. Uno pierde libertad, espontaneidad. Vivir acosado por los medios periodísticos resulta sumamente molesto”, dijo.

“No tengo interés en aparecer en portadas de revistas de espectáculos”, consignó.

rqm

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