cultura@eluniversal.com.mx

El escritor Fernando del Paso está de buen humor, levanta la mano derecha y con el dedo índice apunta hacia sí mismo cuando alguien le pregunta a Marisol Schulz, directora de la FIL Guadalajara, si habrá algún invitado especial en el homenaje que la Feria rendirá al Premio Cervantes el próximo 28 de noviembre.

“Yo siempre he amado a España y la he visitado varias veces, me conmueve mucho que esa ‘Madre patria’ que nos dio el idioma en que escribimos y hablamos siga interesada en lo que se hace aquí en Latinoamérica (...) No tengo ninguna clase de complejo frente a los españoles y considero que el lenguaje castellano nos fue impuesto, sí, por la historia, por la sangre, por el fuego, pero después de varios siglos nos pertenece al mismo grado que pertenece a los españoles, y somos los encargados de enriquecerlo”, señaló durante una conferencia de prensa.

Ahora su voz es distinta, “no es la que tuve durante décadas”, dijo. Hace dos años y medio una serie de infartos cerebrales isquémicos lo privó de ella y le quitó el lenguaje, pero fue su voz de escritor la que hace un año le regresó las palabras, otro motivo para estar contento.

“Mi terapeuta me hizo leer en voz alta, de la primera a la última página, Noticias del Imperio, y como me dijo mi hija, es muy bonito y muy irónico que tu voz te devuelva tu voz”, recordó el autor de Palinuro de México.

—¿Y su voz de escritor cómo ha cambiado? —se le pregunta.

—Me he vuelto aspirante a historiador, antes era aspirante a novelista, pero como dice la primera frase del libro (Bajo la sombra de la historia, su más reciente obra): “El contenido de este libro no es lo que yo quería enseñar, es lo que yo quería aprender, y sigo aprendiendo”.

“Me gusta mucho la historia y estoy enamorado de la historia del mundo y de México, y me gusta recurrir a la documentación; le doy a la documentación el papel de la tortuga y a la imaginación el papel de Aquiles, y las pongo a competir. Siempre gana la tortuga y en ese momento considero que debo dejar en paz a la tortuga y dedicarme nada más a correr con Aquiles hasta que nos agotemos”.

Bajo la sombra de la historia es la más reciente obra de Del Paso, una serie de ensayos sobre el islam y el judaísmo publicado por el Fondo de Cultura Económica y que aún está inconclusa, pues las condiciones de salud del escritor lo obligaron a detenerse: “pero en cuanto recupere la fuerza, continuaré”.

Ese gusto por la historia y por su manera de contarla fue algo de lo que precisamente valoró el jurado del Premio Cervantes para entregarle el galardón: “Sus novelas, llenas de riesgos, recrean episodios fundamentales de la historia de México haciéndolos universales (…) por su aportación al desarrollo de la novela aunando tradición y modernidad como hizo Cervantes en su momento”, dijo el ministro de cultura de España, Íñigo Méndez de Vigo, al enumerar las cualidades de la obra de Del Paso.

Al respecto, el escritor responde —no sin humor— que eso no fue algo planeado, sino algo que se dio poco a poco: “No fue mi intención, quizá no sé a qué tradición se refieren, pero sí es por darle una importancia capital al lenguaje dentro del contenido, pues si es una tradición en ese sentido; y es moderna porque nací en el siglo pasado, no antes”.

Por ahora, en los planes de Del Paso, quien considera que este premio puede significar la cúspide de su carrera literaria— está leer una vez más El Quijote para preparar el discurso que leerá tras recibir el galardón en abril próximo, sólo unos días después de su cumpleaños; eso y comprar con los euros del premio los pasajes de avión para que su esposa e hijos lo acompañen a Madrid.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses