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El arte urbano ha tomado las calles del Centro Histórico.

El fin de semana pasado, jóvenes artistas y grafiteros capitalinos y de diversas partes del país, invitados por el Fideicomiso del Centro Histórico, intervinieron unas 30 cortinas de los comercios ubicados sobre la avenida 20 de Noviembre. Esto como parte de un proyecto de recuperación de espacios públicos que desde hace unos meses realiza dicho organismo, en colaboración con el gobierno capitalino, en diversas calles y rincones del centro de la ciudad.

En el caso de esta vialidad que desemboca en el Zócalo capitalino, el trabajo ha implicado sentarse con los locatarios y convencerlos para que sus espacios fueran intervenidos con arte urbano y grafiti, expresiones normalmente asociadas al vandalismo, comentó a este diario José Mariano Leyva, director del Fideicomiso.

“Conforme van viendo los resultados, se han sumado más”, aseguró.

Hasta ahora, en esta avenida que se caracteriza por las diversas boutiques, tiendas de zapatos y ropa, hay en total ya unas 80 cortinas intervenidas, la mayoría de ellas con rostros femenimos y escenas coloridas. Por las noches, cuando los comerciantes bajan sus cortinas metálicas, diversos lienzos de colores se pueden apreciar sobre esta arteria principal.

De acuerdo con Leyva, la idea de intervenir diversas paredes y espacios del primer cuadro de la ciudad de México es, por un lado, rescatar los espacios y hacerlos habitables, pero también para ofrecerles a los artistas urbanos espacios adecuados, previamente asignados. “Para que el grafiti sea algo más artístico y que no nos grafiteen, en la medida de lo posible, en monumentos históricos”, expresó.

Los artistas invitados provienen de diversas partes del país y para seleccionarlos, lo único que se requiere es que tengan telento, dijo el funcionario, quien añadió que están abiertos a las diversas propuestas.

Otras de las zonas que también han sido intervenidas po diversos artistas urbanos seleccionados son República de Cuba con Callejón del 57, así como el cruce de las calles Santísima y Emiliano Zapata, en donde se ubica el templo de la Santísima Trinidad. “Cada cuadro del Centro Histórico tiene su propio ritmo, hay que irlos revisando poco a poco y ver cómo van funcionando”, señaló Leyva. “Cuando pintamos en Santísima fue impresionante ver cómo empezaron a llegar los niños a estos espacios”, añadió.

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