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Fue un periodo de grandes cambios y el arte recibió el eco de esos nuevos impulsos. Incluso antes de que terminara la Revolución Mexicana, creadores del país, desde muy diversos artes, comenzaron a forjar el camino hacia una Modernidad y produjeron un arte que no sólo se manifestó a través del Muralismo, sino también en los movimientos del Estridentismo y de los Contemporáneos, y cuya riqueza y complejidad sigue siendo tema de nuevas investigaciones y relecturas.

De la Modernidad y la Revolución, de artistas reconocidos como Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros; de otros grandes nombres como los de María Izquierdo, Agustín Jiménez, Saturnino Herrán, Manuel Maples Arce, Fermín Revueltas, Miguel Covarrubias y Emilio Amero; del Muralismo, de nuevas lecturas de las vanguardias; de arte en caballete, fotografía y publicaciones periódicas; de artistas extranjeros que llegaron a México en los años 20 y 30, de todo esto y más habla la exposición Pinta la Revolución: El arte moderno mexicano, 1910-1950, que el 25 de octubre se inaugurará en el Philadelphia Museum of Art (Museo de Arte de Filaldelfia), donde estará hasta el 8 de enero para después presentarse (en 90% de su totalidad) en el Museo del Palacio de Bellas Artes.

“El énfasis que desea hacer esta exposición es mostrar la evolución del arte moderno en México (el arte oficial y sus alternativas), al tiempo de evidenciar su riqueza artística, que es más de lo que comúnmente se aprecia en el extranjero”, explicó, vía correo electrónico, el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Fernández Félix.

Comentó que Pinta la Revolución. Arte moderno mexicano no sólo alude a la creación artística que fue resultado del movimiento armado de 1910, y precisó que “buena parte de las propuestas estéticas ya se estaban gestando antes de la Revolución” y esto también se quiere destacar.

“Una de las premisas curatoriales es el contacto binacional entre intelectuales, artistas, escritores de México y Estados Unidos, lo cual permitió una particular percepción del arte mexicano en el país vecino”.

La frase “Pinta la Revolución” se atribuye al escritor norteamericano John Dos Passos; se cuenta que la dijo tras visitar los murales de Rivera en la SEP a principios de los años 20.

De acuerdo con información del Museo de Arte de Filadelfia, la exposición explora la experimentación artística y el idealismo social de la época posrevolucionaria, cuando los pintores se reunieron en torno del programa de reconstrucción nacional del gobierno, y que, al mismo tiempo, da cabida a movimientos como el Estridentismo y el del grupo de los Contemporáneos.

La exposición permitirá ver grandes obras, como Baile de Tehuantepec, de Diego Rivera (que acaba de ser adquirida en 15.7 millones de dólares por el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Malba), y Autorretrato en la frontera de México y Estados Unidos, de Frida Kahlo, de 1932, que la artista creó cuando estaba con Diego Rivera en Detroit mientras él pintaba los murales del Instituto de Artes (DIA).

Se reunirán junto a las obras maestras, murales portátiles, pinturas de pequeño y gran formato, grabados, fotografías, libros y material hemerográfico. Incluirá piezas digitalizadas de murales de Rivera, Orozco y Siqueiros.

Nuevas lecturas del tema. Al preguntarle a Fernández acerca de la diferencia con otras muestras sobre el tema, dijo: “No se ha había presentado, en más de 50 años, una panorámica del arte moderno mexicano en años cruciales de su desarrollo, es decir, de 1910 a 1950. La curaduría quiso destacar la complejidad y variedad con la cual se desarrollaron estas propuestas artísticas, sus múltiples diálogos y conexiones internacionales”.

La curaduría —a cargo de los especialistas Matthew Affron, Mark A. Castro, del Museo de Arte de Filadelfia; Dafne Cruz Porchini y Renato González Mello—, buscó hacer una relectura del Muralismo, dijo Fernández. “En el guión curatorial veremos la migración artística de pintores como Rivera, Orozco, Covarrubias, entre otros”.

En la muestra figuran obras de 29 artistas nacionales. Se pueden ver obras como el retrato de María Izquierdo realizado por Rufino Tamayo (del Art Institute de Chicago); Subway Post, de José Clemente Orozco; y Guerra, de David Alfaro Siqueiros, del propio Museo de Arte de Filadelfia.

Los murales portátiles que se exhibirán son Alegoría de la Construcción y Alegoría del trabajo, de Saturnino Herrán; Soldadura eléctrica y Liberación del peón, ambos de Rivera (el último del Philadelpahia Museum of Art).

La exposición dará cuenta del diálogo que tuvo lugar en México con artistas internacionales; se podrán ver trabajos de los fotógrafos Paul Strand, Henri Cartier-Bresson, Tina Modotti y Edward Weston, y de los pintores Alice Rahon, Jean Charlot, René d´Harnoncourt, Wolfgang Paalen y Gordon Onslow Ford.

Las obras de la muestra provienen de 25 colecciones internacionales de Museos como LACMA, Phoenix Art Museum, Dallas Art Museum, la Universidad de Yale, MoMA, MET, Hood Museum, Mildred Lane Kemper Art Museum y Thockmorton Fine Art. Dentro de las colecciones, 36 mexicanas, se han prestado obras de varios museos del Instituto Nacional de Bellas Artes, y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Fundación Televisa y Archivo, IPN, Museo del Estanquillo, Instituto Cultural de Aguascalientes, CEMEX, FEMSA, y varias particulares.

Paralelo a la exposición Pinta la Revolución: El arte moderno mexicano, 1910-1950 se realizó un catálogo en inglés y español, con 14 ensayos de investigadores mexicanos y estadounidenses, como Laura González Flores, Renato González Mello, Matthew Affron y Mary K. Coffey.

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