cultura@eluniversal.com.mx

La Fundación Pedro Meyer inaugurará el 5 de septiembre Foto Museo Cuatro Caminos, ubicado en la colonia Lomas de Sotelo, en una antigua fábrica de plásticos propiedad de la familia Meyer, con las exposiciones Todo por ver, que brinda un panorama del fotoperiodismo mexicano y El Estado de las cosas, concentrada en la violencia de los últimos años en el país.

El objetivo principal del recinto de 5 mil 200 metros cuadrados localizado a la salida de la estación del Metro Cuatro Caminos, es fomentar la educación, la producción y la experimentación de los lenguajes visuales.

“El principal interés de la Fundación Pedro Meyer y por lo tanto del Foto Museo es la educación. No queremos tener un museo en el que haya un desfile pasivo del público como ocurre en casi todos los museos. Lo que buscamos es propiciar la discusión sobre lo que tiene que ser un museo en el siglo XXI y sobre lo que hoy es la fotografía. Todos somos consumidores y productores de imágenes, el reto es aprender a decodificar, aprender cultura visual”, cuenta en entrevista Guadalupe Lara, directora del recinto, cuyo proyecto arquitectónico estuvo a cargo de Mauricio Rocha.

Y agrega: “Todo lo que se nos ocurra tiene que ver con la imagen, desde otras disciplinas artísticas hasta la creación de gifs. Lo que haremos es preguntarnos sobre los nuevos paradigmas de la fotografía, así como ayudar a formar a los creadores y consumidores de imágenes”.

En este sentido, Pedro Meyer sostiene: “Hoy todos somos fotógrafos pero la cultura visual tenemos que desarrollarla. Hoy en día podemos, cualquiera, tomar una fotografía en cualquier momento, es un fenómeno nuevo; la diferencia es que es que unos se ganan la vida como fotógrafos y los demás no. Lo que vamos a hacer es aportar un espacio para el desarrollo visual. Tampoco queremos que se crea que vamos a enseñarles la verdad ni que vamos a utilizar los modelos de enseñanza tradicionales. Vamos a cometer miles de errores, pero estamos dispuestos a aprender, a corregir, a continuar con lo que sí esté funcionando”.

Al respecto, Francisco Mata, curador de las muestras junto con Gerardo Montiel Klint, sostiene que definir las objetivos del espacio fue un proceso intenso y complejo. “Es un espacio no convencional, estamos partiendo de un estilo de organización y conceptualización sobre el quehacer fotográfico, el quehacer educativo, el papel de la imagen en la sociedad. En este sentido, las exposiciones tenían que ser acordes a todos estos principios. Así concluimos que teníamos que hablar sobre la fotografía mexicana”.

De acuerdo con Lara, además de las exposiciones, habrá una amplia oferta educativa, se ofrecerán talleres y conferencias, y estará abierto a otras disciplinas como la música y la danza.

“Habrá talleres dedicados a quienes les interesa la fotografía pero no desean ser ni fotógrafos ni artistas, por ejemplo habrá algunos dedicados a los niños y adolescentes; otros sí están enfocados a la enseñanza de lenguajes visuales. Ofreceremos también coloquios y seminarios que desarrollaremos en colaboración con algunas universidades”, explica Lara.

La inversión del proyecto es de la Fundación Pedro Meyer con apoyo del Conaculta y de la Iniciativa Privada en especie, además recibió apoyos de la Secretaría de Cultura del DF.

La intención es convertir a Foto Museo en una empresa cultural. “Tenemos que ser autosustentables, de lo contrario no sobreviviremos. Tenemos espacios en renta para un restaurante, una tienda y librería, una pequeña boutique de fotografía, una cafetería y un espacio más que aún no definimos. Los talleres tendrán un costo, pero también tenemos contemplado otorgar becas. Un proyecto como este sí necesita recursos públicos, pero es muy difícil conseguirlos, hemos metido nuestros papeles a la Cámara de Diputados y no los hemos obtenido. Lo que más nos importa es volver a insertar a la fotografía en el espacio tan importante que tuvo en los años 70, porque la fotografía mexicana es potencia mundial”.

La fotografía en el país. Las exposiciones reúnen 398 obras de 213 fotógrafos, así como 86 obras multimedia y ocho instalaciones. El primer eje de selección fue la fotografía mexicana del siglo XXI.

Los fotógrafos son mexicanos sin distinción de residencia, es decir, trabajan dentro o fuera del país; algunos cuentan con trayectorias importantes y otros son jóvenes que acaban de ganar hace dos años la beca del FONCA.

“Trabajamos con fotógrafos que hubieran generado obra con alguna relevancia en los últimos 15 años; ¿cómo determinar esa relevancia? Más que una curaduría, hicimos una investigación sobre más de mil autores y a partir de ahí hicimos la selección. Revisamos la fotografía mexicana en 25 categorías: premios, bienales, becas, publicaciones, etcétera. Una vez determinado esto, lo primero que dijimos fue ‘no trabajemos con lo que sabemos de la fotografía mexicana, mejor vamos a trabajar con lo que no sabemos de la fotografía mexicana’”, explica.

Para Mata, la meta fue construir exposiciones en donde no hubiera ninguna certeza y en donde no se diera ninguna respuesta a nada, sino que al recorrer las fotografías se generaran muchas preguntas y dudas sobre lo que no tiene respuestas en este momento. “La gran pregunta es: ¿qué es la fotografía mexicana? La respuesta es: quién sabe. No hay una fotografía mexicana, hay muchas, ya no es como en la primera mitad del siglo XX, donde había una escuela de la fotografía mexicana encabezada por Manuel Álvarez Bravo que funcionó muy bien. Ahora hay muchas rutas porque la fotografía a nivel mundial, en este momento, está en redefinición, los usos de la fotografía se han transformado por completo, nuestra relación como sociedad con la imagen fotográfica ha cambiado en todos los sentidos, lo más importante no es cómo se hace la fotografía, sino cómo se lee”, dice.

En este sentido, añade, las muestras no son antologías de la fotografía mexicana ni recuento ni inventarios.

“Son propuestas que nosotros observamos y que nos parece importante destacar de lo que es importante en la fotografía. Sobre todo una parte de la exposición que trabajamos sobre el tema de la violencia en los últimos años”. Mata explica que una de las muestras se titula Todo por ver porque “no sabemos a dónde va esto, ni quiénes son los nombres relevantes en la fotografía mexicana en este momento porque los criterios han cambiado”.

Agrega que la exposición va en un sentido provocador, cuestionador pero sobre todo tiene el objetivo de involucrar al consumidor de imágenes.

“La fotografía exige ser leída y se ha convertido en un vehículo para construir un diálogo. La fotografía es imagen en movimiento, es audio, es texto, atraviesa prácticamente todo”.

Sobre las muestras, Pedro Meyer afirma: “No pretendemos presentar a los buenos fotógrafos ni queremos definir el rumbo de la disciplina. Los que no están son tan importantes como los que están.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses