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El tenor Javier Camarena estableció un nuevo récord en la historia del Metropolitan Opera de NY, al ofrecer un bis durante la función de este sábado, en la producción de Don Pasquale. Camarena se convirtió en el primer tenor en la historia de los últimos 70 años del MET en bisar en dos producciones consecutivas. La primera fue en la producción de La Cenerentola en 2014. Una hazaña de esta naturaleza, dice el tenor, no se busca, simplemente, sucede.

“La prensa dice que desde el primer día la gente lo esperaba, pero no se había dado. Sucedió por la respuesta del público, yo me sentía muy bien, sentía que estaba en condiciones para repetir el aria, que es en realidad un pedacito, es la cavaletta ‘E se fia che ad altro oggetto’, pero tiene su dificultad, técnicamente es una parte que impone mucho, pero me sentía con las posibilidades para hacerlo, pero también para continuar con el resto de la ópera; ese pedacito se canta en el principio del segundo acto, todavía faltaba el resto del segundo acto y el tercer acto”, dice en entrevista vía telefónica desde Nueva York.

La ovación del público no ha sido la única muestra de admiración hacia el cantante mexicano, durante la primera función fue recibido con aplausos en cuanto salió al escenario.

“La única vez que había visto que el público recibiera con aplausos a un cantante fue cuando Rolando Villazón regresó a los escenarios. Fue algo muy padre porque significó que había un cariño muy especial del público hacia el artista. Yo, lo juro, jamás pensé que algo así podría pasarme, fue muy conmovedor. Sé que ya tengo un público en el Met, pero fue una gran sorpresa, muy linda”, dice.

Asegura que la cultura y la ciencia en México están dando muestras de éxito en el mundo. “Hay chicos de secundaria ganando competencias en matemáticas, hay un bailarín como Isaac Hernández haciendo cosas importantes en Europa, hay muchas buenas noticias sobre el valor que tenemos como nación, como mexicanos, como individuos. Hace poco leí una nota de cómo hubo gente que se ofendió por el Toque de bandera con otro ritmo, pero hay otras cosas que podrían ofender más y hacernos preguntas como qué tan honrada es tu vida cotidiana y cómo puedes cambiar para contribuir a tu país”.

En los últimos años, la carrera de Camarena ha tenido un éxito pocas veces visto en el mundo de la ópera, la crítica especializada le ha dado etiquetas como “Príncipe entre tenores” y lo vislumbran como una de las máximas voces; pero el tenor, asegura, tiene los pies en la tierra.

“En el invierno tuve una horrible infección en los bronquios y hubo noches que no fueron tan buenas, le pasa a todos los artistas; esta parte del ser humano, del no artista, está muy presente en mi vida, no soy únicamente lo que hago y está muy presente que no siempre voy a estar con las mejores condiciones”, cuenta.

En la agenda de Camarena para el 2016-2017 destacan su debut en los roles como Arturo en I Puritani en Bellas Artes, Ciudad de México; así como el Duque de Mantua de Rigoletto, en el Teatre del Liceu de Barcelona. Incluye también su debut en recitales en Washington, D.C., en el Kennedy Center, en Chicago, en el Harris Theater, y con la Royal Opera House en Covent Garden de Londres, Inglaterra, donde se presentará como el Conde Almaviva de El barbero de Sevilla, por mencionar algunos.

Como parte de su presencia en México, el tenor presentará su disco dedicado a Francisco Gabilondo Soler; respecto al disco que grabó en 2014 con la Orquesta Sinfónica de Minería, que sería su primer disco de arias y debió ser lanzado en 2015, indica que atraviesa por complicaciones. “Estamos haciendo lo posible por rescatar mucho del trabajo titánico que hicimos, porque hubo muchos detalles técnicos que no permitieron que se realizara la producción como hubiera querido. Hemos atravesado muchísimos filtros técnicos para rescatarlo”.

Y añade: “El estudio de la Sala Nezahualcóyotl lo acababan de equipar o remodelar y no se pudo revisar con lujo de detalle que todo estuviera en su lugar. Una sesión no se puede usar porque en uno de los micrófonos que usé hay un zumbido que no se notaba y se quedó en la grabación. Hubo otros detalles con la producción que no cuadraron, hubo otros tantos ruiditos que no se pueden pasar en una grabación de estudio, son detalles, pero son importantes y no estoy feliz. No tengo prisa por que salga, ya es un trabajo que estoy haciendo de manera personal, sin apoyo de una disquera, así lo decidí”.

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