Con "Ubú Rey", la compañía teatral Cheek by Jowl saca a flote la lucha por el poder, la violencia y la ambición que pueden habitar en cualquier hogar burgués, familia o sistema de gobierno que aparentan ser políticamente correctos.

La historia montada por la compañía creada por Declan Donnellan y Nick Ormerod  inicia en un departamento parisino burgués, donde Papá Ubú (Christophe Grégoire) y Mamá Ubú (Camille Cayol) preparan la mesa y la cena que ofrecerán a unos amigos. En la escena también aparece el hijo adolescente (Sylvain Levitte) -quien al estilo Michael Haneke en Funny Games, narra con una cámara los momentos clave de la trama. Mientras se desarrolla la reunión alrededor del comedor, en una sala con elegantes decorados,  los cambios de luces en el escenario y otros recursos técnicos dan paso a otra realidad simultánea,  una en la que Papá Ubú encarna a un ser enviciado de poder y capaz de cometer los más terribles crímenes para cumplir sus caprichos.

A tan solo unos días de haber tomado el poder,  después de asesinar al rey Wenceslao,  Ubú  ambiciona con tenerlo todo, dinero y poder. Sus métodos de control van desde obligar a que las parejas se casen y paguen impuestos por ello, hasta asesinar de forma salvaje a los nobles, jueces y banqueros que no cedieron a sus imposiciones y reformas absurdas.

Su ambición por adquirir más dinero va hasta límites inimaginables. El Rey Ubú traspasa la otra realidad, baja del escenario, camina entre las butacas con una bolsa en mano y se dirige al público pidiendo una cooperación económica.

"Pueden confiar en mí: soy el gobierno. ¿Cómo no podrían confiar en mí? Cumpliré todas mis promesas”, dice Ubú en un español perfectamente entendible.  El público suelta una carcajada que se disuelve cuando el Rey agrega: “en lo de Ayotzinapa llegaré hasta las últimas consecuencias”.

Con este mensaje coyuntural expresado durante las dos presentaciones que ofreció este fin de semana en el Teatro Principal de Guanajuato, como parte del Festival Internacional Cervantino, esta coproducción franco-británica demostró  la vigencia de esta obra escrita por Alfred Jarry y estrenada en París en 1896.

Las risas de más de uno de los asistentes que trasladaron esta absurda historia de violencia y abuso de poder al contexto actual mexicano subieron de tono cuando en otra escena, Mamá Ubú  le reprocha al Rey que es un gobernante repugnante por cometer matanzas salvajes.

cvtp

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