La fue creada en diciembre de 2015 en atención a un decreto del presidente . Su encargo es la promoción y difusión de las expresiones artísticas y culturales de México, así como de la proyección de la presencia del país en el extranjero. Su primer titular fue .

Esta dependencia impulsa la educación y la investigación artística y cultural, y dota a la infraestructura cultural de espacios y servicios dignos, para hacer de ella un uso todavía más eficiente. Trabaja en favor de la preservación del patrimonio y la diversidad cultural. Tovar y de Teresa (1954-2016) fue el estratega en la creación de esa nueva dependencia.

La Secretaría de Cultura, asimismo, apoya la creación artística y el desarrollo de procesos creativos para reforzar la generación y acceso de la población del país a todos los bienes y servicios culturales, y promueve que todos los mexicanos, sin distingos, se acerquen a la cultura, de manera física, o aprovechando los recursos que ofrece la tecnología digital.

El antecedente directo de la Secretaría de Cultura es el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), una instancia administrativa desconcentrada de la Secretaría de Educación Pública (SEP) creada el 8 de diciembre de 1988. Durante su vigencia, estimuló, promovió e incluso coordinó actividades culturales, y en 2015 se transformó en la hoy Secretaría de Cultura.

Tras más de un siglo de la instauración de la Secretaría de Instrucción Pública, en 1905, y luego de que se convirtiera en Secretaría de Educación Pública, en 1921, en 2015 se fundó la primera Secretaría de Cultura en toda la historia de México. Así, el 21 de diciembre de 2015 Tovar y de Teresa vio hecho realidad su gran sueño y principal proyecto de vida.

Faltaba, sin embargo, un Reglamento Interior que diera a la Secretaría de Cultura federal un sustento y aval en más de un sentido. El Poder Ejecutivo Federal publicó en el Diario Oficial dicho documento, que establece la organización de la mencionada dependencia, así como las facultades de cada uno de sus integrantes.

Rafael Tovar y de Teresa mencionó, el pasado 8 de noviembre, día en que se publicó en el Diario Oficial de la Federación, que la redacción de este Reglamento Interior para la Secretaría de Cultura responde a una demanda histórica de la vida cultural mexicana, y culminó con un proceso determinante en su construcción.

Con la creación de la Secretaría y la constitución de su Reglamento Interior, México continúa con el esfuerzo sostenido durante más de dos siglos por darse instituciones a la altura de su enorme milenario legado cultural y de la riqueza y diversidad de su identidad. “Tenemos ya un Reglamento Interior que norma la estructura orgánica del sector”, acotó.

El documento es resultado del trabajo de diagnóstico, diseño y planeación de la Secretaría de Cultura encabezada por el historiador, abogado, diplomático y escritor muerto apenas el 10 de diciembre, junto con las Secretarías de Hacienda y de la Función Pública, la Comisión Federal de la Mejora Regulatoria y la Consejería Jurídica de la Presidencia.

Se trató de un proceso resultado del esfuerzo de interpretación y comprensión del tiempo histórico, de las necesidades sociales y de los retos que plantean las transformaciones en el mundo contemporáneo, y cumple con dos compromisos hechos ante el presidente Peña Nieto: No crear más burocracia y reorientar recursos para otros proyectos innovadores.

Contempla, además, el compromiso de no afectar los derechos de los trabajadores, por el contrario, es su propósito respetarlos como parte integral de la permanencia y renovación de todas las instituciones culturales. El Reglamento Interno determina la Estructura de la Secretaría y de las áreas responsables de ejercer las atribuciones que se han asignado.

La Secretaría de Cultura nació integrada por dos subsecretarías sustantivas: de Desarrollo Cultural y de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura. Esa estructuración conlleva diversos cambios importantes que se traducen en fortalecimiento institucional del sector y son producto de un tiempo de cambios históricos y transformaciones, dijo Tovar ese día.

Cambios, abundó, que parten de la honda conciencia de la sociedad mexicana, de que está ante una realidad distinta, que exige renovación para inaugurar una nueva época. Con la creación de la Secretaría de Cultura se responde a una demanda expresada en la vida cultural de México, y de su propia comunidad, del Poder Legislativo y otros actores.

Ciertamente, la dependencia cumple un anhelo de hace tiempo de diversos sectores de la sociedad, en un ejemplo de la voluntad de acuerdo con que las instituciones y la sociedad debaten y argumentan, atendiendo a las distintas voces y sus aportaciones. “Hoy es claro que México otorga a la cultura el espacio institucional que le corresponde” dijo orgulloso.

Antes de morir, Rafael Tovar y de Teresa, quien pasó a la historia como primer Secretario de Cultura del país, fue internado en el Hospital Militar de esta ciudad, donde falleció el 10 de diciembre pasado a las 05:20 horas.

Hasta el último momento, el malogrado funcionario leyó, estudió, analizó y enriqueció el texto legal multicitado aquí. Supo que con base en los artículos 14, 17, 18 y 41 Bis de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, el presidente Peña Nieto expidió ese documento que establece que la Secretaría depende del Poder Ejecutivo Federal.

De esa forma, el titular del organismo se apoyaría en 16 unidades administrativas y cinco órganos desconcentrados, además, cuenta con un Órgano Interno de Control y unidades subalternas conforme al presupuesto autorizado, según disposiciones jurídicas aplicables, cuyas funciones son definidas en el Manual de Organización General de la dependencia.

De acuerdo con el reglamento publicado, las unidades administrativas son la Subsecretaría de Desarrollo Cultural, Subsecretaría de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura, la Oficialía Mayor, Unidad de Asuntos Jurídicos, así como la Dirección General de Asuntos Internacionales, las cuales ya están andando conforme las responsabilidades delegadas.

Las direcciones generales que la Secretaría tiene a su cargo son las de Bibliotecas, del Centro Nacional de las Artes, de Comunicación Social, de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, de la Fonoteca Nacional, de Promoción y Festivales Culturales, y de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural Publicaciones, así como de Vinculación Cultural.

Además, la Dirección General de Administración y la Dirección General de Tecnologías de la Información y Comunicaciones. Igualmente, sus órganos desconcentrados son los institutos nacionales de Antropología e Historia, de Bellas Artes y Literatura, de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, y del Derecho de Autor, y Radio Educación.

El reglamento comprende ocho capítulos con 35 artículos. Dentro del capítulo I, en el artículo 3, se menciona que la dependencia planeará y realizará actividades de acuerdo con los objetivos, estrategias y prioridades del Plan Nacional de Desarrollo y programas derivados del mismo, así como las políticas que determine el presidente de la República.

nrv

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