Durante la cuarta Fiesta de las Ciencias y las Humanidades, que se llevó a cabo en el Museo de las Ciencias Universum, la investigadora Myrian Velasco Torres, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso en su charla “Peligrosamente dulce: relación entre el consumo de azúcar, Síndrome Metabólico y diabetes”, los nuevos hallazgos de los efectos del azúcar en animales experimentales.

“Nosotros efectuamos un tratamiento a ratas de laboratorio cuando son adultos jóvenes, en esta etapa tienen un peso de 250 a 280 gramos (…) Las ratas control son sometidas durante un periodo de seis meses a una dieta de sacarosa al 20%. La sacarosa es el azúcar de mesa común y lo que se hace es disolverla en la bebida que toman los animales. Resulta que tan solo después de dos meses de tratamiento, las ratas se vuelven adictas al agua con azúcar y esto es una consecuencia que también se observa en los humanos”, alertó la doctora en Ciencias con especialidad en Fisiología.

Los aparentemente dulces e  inofensivos gránulos blancos a los que casi cualquier persona tiene acceso a la hora de ingerir sus alimentos, son más adictivos que la cocaína o la heroína, dijo la experta, ante un público compuesto mayoritariamente por jóvenes.

Agregó que todas las ratas incluidas en la investigación iniciaron con un peso de entre 250 y 280 gramos. “En las primeras semanas todo parece normal y no hay cambios considerables, pero conforme pasó el tiempo, en el periodo estimado de seis meses, hubo ratas que alcanzaron los 750 gramos, pero hubo otros casos, como el de una rata que llegó a pesar más de un kilogramo”.

La doctora Velasco Torres hizo hincapié en la abundncia de grasa abdominal que hallaron en las ratas en comparación con los animales control (a los que no se administró el azúcar), en tan solo 24 semanas de suministro de sacarosa, los animales llegaron a medir 26 centímetros de largo y lo mismo de ancho, o incluso más.

La integrante de la División de Neurociencias del Instituto de Fisiología Celular, se refirió al contenido de azúcar de varias bebidas a las que tiene fácil acceso la  población. De los más conocidos como la Coca-Cola, tienen el equivalente a 12 cucharadas de azúcar, considerada una dosis alta. Otros refrescos, como el Senzao también tiene 12 cucharadas, la Fanta 11, el Sprite 10, Delawere Punch 15, Sangría Señorial 13, y la Pepsi-Cola 13.2.

“Una conclusión a la que se ha llegado en la investigación es que la dieta rica en sacarosa conduce al síndrome metabólico”, reveló Velazco Torres.

El Síndrome Metabólico es un conjunto de anormalidades metabólicas que incrementan la probabilidad de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 y problemas cardiacos, obesidad central, alteración en la glucosa de ayuno, aumento en la presión arterial, resistencia a la insulina y dislipidemia (aumento de triglicéridos).

jpe

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