Julio Verne, Horacio Quiroga y Julio Cortazar, entre otros autores, tienen referencias en su narrativa al misterioso Mar de los Sargazos. No es para menos, este lugar del océano Atlántico septentrional que atemorizaba a los navegantes que empezaban a cruzar los continentes, tiene características físicas que han contribuido a dibujar toda una nube de misterio a su alrededor. También descrito como una selva dorada flotante, este ecosistema pelágico está construido alrededor de una concentración de algas marinas que se encuentran suspendidas en la superficie de aguas y que giran lentamente en el sentido de las manecillas del reloj debido a las corrientes oceánicas que convergen en la zona.

Este sui géneris mar sin costas (las únicas masas de tierra dentro de su espacio natural son las Islas Bermudas), ocupa una superficie de alrededor del equivalente a dos tercios de la extensión de los EU y debido a la diferencia de densidades, el agua cálida de la superficie apenas se mezcla con el agua fría y rica en minerales de las capas inferiores. Se reconocen más de 200 especies de vertebrados e invertebrados que viven en estrecha asociación con los sargazos en un peculiar ecosistema que ofrece alimento, zonas de desove y rutas de migración.

El Mar de los Sargazos es un ejemplo de uno de los tesoros marinos de la Tierra que no pueden aspirar a formar parte de la Lista del Patrimonio Mundial porque se hallan en aguas internacionales. Lejos de cualquier jurisdicción nacional, su protección se complica, sin embargo las amenazas son muy similares a las de cualquier otra reserva marina bajo el cobijo de una nación. Sus sobresalientes características físicas de corrientes giratorias, provocan también que almacene basura, por lo que está amenazado por la acumulación de residuos plásticos, vertido de sustancias químicas y explotación excesiva de especies marinas. Incluso, se cree que este ecosistema podría ser afectado a futuro por la recolección del sargazo, su organismo clave, que también puede ser útil en varios ramos de la industria alimentaria.

Para los expertos, la sobrevivencia del Mar de los Sargazos es fundamental para la vida natural en el Atlántico norte y aunque se han establecido acuerdos para protegerlo, como el que hace dos años firmaron los gobiernos de Bermudas, Reino Unido, Mónaco, EU y las Islas Azores, en la Declaración de Hamilton, finalmente la UNESCO muestra pasos más firmes para que los tesoros de alta mar también puedan ser considerados.

Patrimonio de todos

En un reciente informe del organismo internacional, titulado “El patrimonio mundial de alta mar: una idea que se abre camino”, se presentan cinco sitios que ejemplifican la biodiversidad y fenómenos naturales que caracterizan los fondos marinos de alta mar. Según el informe presentado por la Doctora Mechtild Rössler, Directora del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, cualquiera de ellos podría aspirar a ser reconocido por su valor universal excepcional, principio para que este organismo reconozca lugares notables que trascienden las fronteras nacionales.

Además del mencionado Mar de los Sargazos, en el reporte se incluyen al Domo Térmico de Costa Rica y el llamado Café de los tiburones blancos, en el Pacífico; el Campo hidrotermal de la Ciudad Perdida, en el Atlántico. El informe también considera el Atlantis Bank, una isla fósil sumergida en aguas subtropicales del Océano Índico.

Existen seis domos térmicos en el mundo, pero se considera el de Costa Rica el más representativo. Entre los criterios que evalúan las peculiaridades del Domo Térmico de Costa Rica, el reporte lo subraya como un espacio fundamental para la biodiversidad marina del Pacífico oriental. Gracias a este fenómeno oceánico, de entre 300 y 500 kilómetros de ancho, donde coinciden corrientes marinas y de viento, los nutrientes y minerales de las aguas frías y profundas salen a la superficie dando continuidad a una cadena alimenticia que incluye desde organismos básicos como zooplancton hasta animales acuáticos de gran tamaño como marlines, tiburones, manta rayas y delfines.

Este Domo también da cobijo a animales en peligro de extinción como la tortuga laúd o la ballena azu, que migra hasta este sitio desde las costas estadounidenses de California. De hecho, según especificaciones de la lista roja de la IUCN, la población de ballena azul del Pacífico norte oriental, se calcula en aproximadamente en tres mil individuos, el grupo más grande del mundo, y precisamente en el llamado Domo Térmico de Costa Rica esta especie encuentra hábitat, alimentación y sus más importantes zonas de apareamiento, crianza y parto.

Otro sitio emblemático de alta mar: aproximadamente a mitad de camino entre las costas de Baja California y Hawai, también en la inmensidad del Pacífico Oriental, se encuentra lo que los especialistas han llamado el Café de los tiburones blancos, un sitio de encuentro de estas especies. Amantes de las zonas donde la abundancia de luz y las corrientes marinas generan una mayor concentración de vida animal, lo que es lo mismo a mayor cantidad de comida, los tiburones blancos provenientes del norte viajan hasta este punto donde permanecen durante más de tres meses probablemente en búsqueda de alimentación estacional. Aunque se encuentran distribuidos por todo el mundo, las poblaciones de tiburón blanco no son muy numerosas y desde hace 20 años La Lista Roja de la UICN, según el apéndice II del convenio CITES, lo considera una especie vulnerable que sobre todo ha visto su población mermada por la sobreexplotación pesquera, la contaminación de las aguas y la pesca deportiva.

Ciudades marinas

El campo hidrotermal de la Ciudad Perdida a la que también hace referencia el informe de la UNESCO, evidencia alrededor de 30  mil años de actividad hidrotermal en el centro del océano Atlántico, sin embargo este ecosistema es prácticamente nuevo para el ojo humano, pues fue descubierto en el año dos mil.

Una combinación de fuerzas geológicas en el mar profundo dieron origen a una zona de acantilados con activos termales que vierten fluidos hirvientes y que han producido delicadas formaciones calcáreas durante más de 120 mil años. En este sitio son estudiadas especies endémicas de invertebrados con adaptaciones fisiológicas que nunca antes habían sido descritas, así como precursores químicos que pueden tener información fundamental sobre el origen de la vida en el planeta Tierra. En este sentido, la NASA, es uno de los organismos que está involucrado con varias de las investigaciones en la zona. El quinto sitio reconocido en el informe de la UNESCO, el Atlantis Bank, es considerado “una ventana tectónica que proporciona un crisol de los mejores lugares del mundo para el estudio científico de la geología de la tierra”. Esta isla fósil conservada en el fondo del mar tiene dos playas y lagunas, con las que cobija una diversidad de fauna extraordinaria.

El catálogo de Patrimonio de la Humanidad cuenta con 1031 sitios protegidos: 80% culturales, 17% naturales y 3% mixtos. Su conservación es una preocupación de los Estados miembros de la UNESCO y se estipula que bajo ciertas condiciones se puede obtener financiación para su cuidado del Fondo para la Conservación del Patrimonio de la Humanidad. Esta sería una de las fuentes principales para el cuidado de estos sitios que salen de fronteras nacionales pero que según Rössler se tienen que vigilar de cerca por el valor potencial de estas zonas para expandir los horizontes de bienes que podrían ser indispensables para la sobrevivencia futura del planeta.

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