La Organización Mundial de la Salud (OMS) preaprobó ayer dos exámenes de detección rápida del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), para utilizarse en bebés de mujeres infectadas.

Esta preaprobación es el paso previo para que la OMS lo recomiende como práctica a nivel mundial, con el fin de evitar la transmisión vertical (de madrea a hijo).

Asimismo, de resultar positiva la prueba, los niños con el virus recibirían un tratamiento oportuno.

Los productos preaprobados son HIV-1/2 Detect, de la casa farmacéutica Alere, y Xpert HIV-1 Qual Assay , del laboratorio Cepheid AB.

Ambas pruebas funcionan de la misma manera: son cartuchos con químicos que detectan la presencia del virus en sangre y no requieren de llevarse a un laboratorio para confirmar el resultado.

Los países más pobres (en donde ocurre la mayoría de las infecciones de madre a hijo) no cuentan con sitios de análisis de calidad. Además, en muchos casos la entrega de los resultados podría tardarse de días a semanas.

“Estos dispositivos pueden usarse en áreas rurales, lejos de centros de salud, en los que se requieren resultados en cuestión de minutos. Uno de ellos funciona con una batería que dura hasta 18 horas”, manifestó en un comunicado de prensa Mike Ward, director de la Unidad de Medicamentos Esenciales de la OMS.

Gottfried Hirnschall, director del Departamento de VIH de la OMS, agregó: “Utilizar este tipo de tecnología no solo dará un diagnóstico más rápido que permitirá un tratamiento temprano, también hará que madre e hijo puedan estar más cerca el uno del otro, pues, en algunos casos, en zonas muy pobres, los profesionales de salud debían separar al bebé de su mamá durante varias horas para hacer el análisis".

Impacto

No todos los bebés de madres con VIH nacen con el virus. La naturaleza y las defensas propias de los bebés se encargan de que el 60% de ellos no se infecte. El reto de los médicos es que el 40% restante nazca sin la enfermedad.

La eliminación del virus en recién nacidos se logra a través de controles prenatales estrictos, donde se realizan pruebas de VIH, en el ideal de los casos a toda mujer embarazada. Si el resultado es positivo o si la mamá ya se sabía portadora del virus, se le da un tratamiento para evitar que este afecte al feto.

Posteriormente se busca que el niño nazca por cesárea, para prevenir el intercambio de fluidos. Además, se recomienda que el bebé no reciba leche materna porque el líquido puede transportar el agente infeccioso.

Según datos de la OMS, en el 2015 nacieron 1.2 millones de hijos de mujeres seropositivas, pero la mitad no tuvo acceso a las pruebas diagnósticas; la mayoría vive en países pobres de África.

“Esta situación hace urgente una prueba con resultados más rápidos, para así dar tratamiento a los menores que sí nacen con el virus”, aseveró Hirnschall.

Para obtener esta preaprobación, se realizaron ensayos durante 18 meses en naciones en donde la transmisión vertical es más común. Estos estudios se hicieron con la colaboración de Laboratorio Nacional de Salud de Sudáfrica y los Centros para Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

Luego de tamizar a más de 500 bebés, los científicos determinaron que ambas pruebas son eficaces. Con base en ello, la OMS realizó la preaprobación.

“Necesitábamos 150 pruebas positivas para determinar la fiabilidad de los exámenes. Afortunadamente nos costó llegar a este número; lo que quiere decir que va bajando la cantidad de transmisiones verticales”, aseguró María Pérez, una de las investigadoras a cargo de los ensayos.

jpe

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