Un equipo de astrónomos descubrió que gran número de estrellas aloja en su interior un potente campo magnético, hasta 10 millones de veces más intenso que el de la Tierra.

El hallazgo de lo que podría compararse con imanes gigantes fue posible gracias a una técnica llamada astrosismología, que explora más allá de la superficie estelar para analizar el núcleo.

Anteriormente, solo se habían detectado campos magnéticos en un bajo porcentaje de estrellas.

“Esos campos se consideraban insignificantes para nuestra comprensión general de la evolución estelar. Nuestros resultados muestran claramente que esta hipótesis debe ser revisada porque hallamos que cerca del 60% de las estrellas tiene fuertes campos magnéticos”, explicó Dennis Stello , astrofísico de la Universidad de Sídney, Australia.

Desde el interior

La investigación publicada en la revista Nature se basó en datos recopilados por el telescopio Kepler de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).

Se analizó una muestra de 3 mil 600 estrellas del tipo gigantes rojas, que son muy grandes, frías, luminosas y se dice que se encuentran en las últimas etapas de su evolución.

“El núcleo es la región en donde la estrella produce la mayoría de su energía por medio de reacciones termonucleares. Es posible que el campo magnético afecte el modo en que las estrellas evolucionan pues altera los procesos físicos que ocurren en el núcleo”, explicó el astrofísico Matteo Cantiello, del Instituto Kavli de Física Teórica de la Universidad de California, EU.

Oscilaciones 

Estrellas como el Sol presentan oscilaciones constantes debido a ondas de sonido que rebotan dentro de ellas.

“Su interior es como si sonara un timbre. Ese sonido producido revela propiedades físicas como tamaño, temperatura y composición”, explicó el coautor del estudio, Jim Fuller, del Instituto Tecnológico de California (Caltech).

Los científicos midieron pequeñas variaciones de brillo en las estrellas causadas por el “timbre” (ondas sonoras) en su interior. El equipo halló que ciertas frecuencias de oscilación no estaban presentes en el 60% de las estrellas. La razón es que el campo magnético en el núcleo tiene un efecto supresor.

“Es como si una trompeta no sonara bien porque algo en su interior altera el sonido que produce”, agregó Stello.

Los investigadores concluyeron que este efecto es común en estrellas con una masa entre 1,5 y 2 veces mayor que la del Sol.

kal

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