El principal meridiano de la Tierra, un trazado de norte a sur que demarca la longitud de 0°, estaría en realidad a unos 102 metros de la designación original que se hizo en 1884, cuando representantes de diversos países recomendaron en Washington que la línea pasara sobre el Real Observatorio de Greenwich, en el Reino Unido.

Desde entonces se conoce esta línea como el meridiano de Greenwich, aprovechando que en ese observatorio se encontraba el Airy Transit Circle, un instrumento con el que se medía la posición de las estrellas y permitía determinar la hora local.

Sin embargo, los navegadores modernos, mapas en línea y otras herramientas contemporáneas, muestran que la línea no pasa por sobre el observatorio, como se decidió hace más de un siglo, algo que responde a la gran certeza con la que trabajan los sistemas globales de posicionamiento en la actualidad, utilizando satélites para medir con precisión las coordenadas de cualquier punto en la superficie terrestre.

Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Geodesy aborda este tema, ya que en palabras de Ken Seidelmann, astrónomo de la Universidad de Virginia y coautor de la investigación, "con los avances en la tecnología, el cambio en el principal meridiano fue inevitable. Quizás un nuevo marcador debiese ser instalado en el Parque de Greenwich para el nuevo meridiano".

El estudio concluye que un ligero desvío en la dirección natural de la gravedad en Greenwich es responsable de este cambio, junto al mantenimiento de la continuidad del tiempo astronómico.

La investigación determina que la distancia de 102 metros puede ser atribuida a la diferencia entre dos métodos convencionales para determinar las coordenadas: el astronómico y el geodésico, que se refiere a una serie de puntos de referencia usados para localizar lugares en la Tierra.

Su diferencia se conoce como la "desviación de la vertical", y modelos gravitacionales globales de alta definición, confirman que el componente en sentido este-oeste de esta desviación, es de la magnitud adecuada en Greenwich como para dar cuenta del cambio.

Ya que la Tierra no es perfectamente redonda, y debido a que diferentes lugares del planeta tienen características de terreno que afectan la atracción gravitacional, las formas tradicionales para medir la longitud tienen variaciones incorporadas, basándose en los lugares específicos donde las mediciones se han hecho.

Seidelmann, en tanto, dijo que las mediciones con GPS son hechas desde el espacio trazando una línea a través del centro de la Tierra, removiendo los efectos de gravedad de montañas u otras características del terreno.

El meridiano, asegura el investigador, depende de la dirección de la vertical, que a su vez se desprende de la gravedad y el método observacional. La distancia y dirección de los 102 metros de diferencia, son confirmados así por modelos gravitacionales.

Como evidencia, los autores analizaron las diferencias en las coordenadas de varios observatorios que calculaban el tiempo, para afirmar que el aparente cambio en la longitud de Greenwich se debe a un efecto localizado por la dirección de la gravedad en ese lugar, y no a un cambio global en el sistema de longitud del planeta.

kal

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