Cuando en 1930, Clyde Tombaugh celebraba, a la corta edad de 24 años, el descubrimiento de Plutón girando alrededor del Sol, él apenas dimensionaba lo que pasaría 85 años después.

Si en su momento, y por medio de placas fotográficas, logró determinar que este afectaba a las órbitas de Urano y Neptuno, desde este 14 de julio se podrá finalmente observar la superficie de este planeta y explorar su comportamiento.

Luego de 9,5 años de viaje y tras recorrer una distancia de cinco billones de kilómetros, la sonda New Horizons arribará al planeta enano a mediados de este mes.

Este será uno de los acontecimientos espaciales más importantes de la segunda década del siglo XXI, pues supone un encuentro de la humanidad con un astro que ha pasado en un mar de fósiles planetarios y que no ha cambiado radicalmente en los últimos 4,6 billones de años.

Este trabajo ha sido un desafío para los miembros de la NASA. No solo por el largo trayecto del viaje, que implicó una optimización del combustible y maniobras milimétricas para evadir asteroides y otros obstáculos del camino. También porque las mediciones deberán ser muy precisas, ya que los datos recogidos revelarán información acerca del comportamiento del metano y de otros compuestos que intervinieron en la conformación del Sistema Solar y del universo.

Según explica el astrofísico Teodoro Campaña, llegar a Plutón, el último “planeta del modelo clásico” (dice esto porque desde 1930 y hasta entrado el siglo XXI se lo consideró un verdadero planeta), permitirá conocer la estructura del astro y, al mismo tiempo, mirar qué es lo que sucede en las proximidades del Cinturón de Kuiper.

Esta es una región donde habitan otros plutoides como Ceres y Eris, cuyo diámetro ecuatorial es menor en más de mil kilómetros al de la Luna, y donde se presume que están los restos que quedaron de la formación planetaria del Sistema Solar.

A manera de celebración, durante estos últimos meses la NASA ha promovido el proyecto Plutopalooza. Básicamente esta es una plataforma en la cual se provee de material didáctico y otras herramientas útiles para el aprendizaje de astronomía dentro de las aulas.

El bicho raro del espacio

La visión sobre Plutón no cambió en, por lo menos, 60 años desde su descubrimiento. Estaba ahí, al borde de lo que se conocía como Sistema Solar y como su noveno planeta. Más allá de él tan solo estaba el espacio infinito.

En estas décadas, y como lo cuenta el científico Mike Brown de la Tecnológico de California (Caltech) en una entrevista para la revista Science News, se plantearon varias misiones para investigar Plutón. Empero, siempre surgía la misma interrogante: ¿para qué ir hasta tan lejos?

Sin embargo, en la década de 1990 llegó la necesidad de investigar esta zona del Sistema Solar. El descubrimiento del Cinturón de Kuiper postuló que Plutón no estaba tan solo como se creía; que había mucho más que descubrir ahí. Y lo hay: 1 300 rocas heladas clasificadas y casi un trillón más por ser analizadas.

Campaña afirma que sin este cinturón no hubiese sido posible el engranaje de la misión de New Horizons. “En su viaje a 58 mil kilómetros por hora, la sonda ha brindado una mejor comprensión de lo que pasa alrededor de Plutón”, dice.

New Horizons llega en un momento clave. En el 2020, la atmósfera de Plutón se congelará, volviéndolo una enorme esfera de hielo. Y ya que no puede disminuir su velocidad (la sonda viaja a 58 mil km/h), tendrá menos de cinco minutos para fotografiar frente a frente al planeta. Es por ello que se comenzó a realizar las primeras tomas antes del cruce.

kal

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