Estás dispuesto a renunciar al “pan duro, pero seguro” godínez , a cambio de “ freelancear ” y tener mayor control sobre tu tiempo e ideas creativas, pero ¿no sabes cuánto cobrarías por tu trabajo independiente?

Un poco de orientación nunca viene mal y Sonia Sánchez-Escuer, escritora y fundadora del sitio web Blog y Lana , nos comparte algunos puntos que seguramente te ayudarán para ponerle precio a lo que haces.

“La meta es que tu trabajo no sea demasiado caro, ni demasiado barato, sino que esté en un rango adecuado en tu sector, en relación a la calidad de los servicios que ofreces y la experiencia que tienes”, menciona.

1. Conoce tu mercado. Sonia aconseja explorar la oferta nacional y extranjera para darte una idea de cómo se hacen las cosas en tu rubro. No es lo mismo dedicarte al diseño gráfico que a la redacción de textos y deberás observar los servicios que venden y cómo lo hacen.

Después viene lo “difícil”: saber cuánto cobra tu competencia. Lo mejor sería preguntar directamente, pero difícilmente soltará la sopa; entonces puedes “pedirle a alguien que solicite una o dos cotizaciones por ti, no para espiar, pero sí para tener ese parámetro”, comenta la especialista.

2. Sé honesto contigo mismo. No es justo cobrar lo mínimo luego de estudiar tanto, pero tampoco quieras que te paguen la millonada cuando apenas comienzas. “Tu cliente puede notar que en realidad no sabes tantas cosas y tu reputación caerá por los suelos”, apunta Sánchez-Escuer.

“Creo que hacer una lista de fortalezas y debilidades, directa e indirectamente relacionadas con nuestro trabajo, es muy útil como freelance; por ejemplo, hay diseñadores que pueden hacer un logo, pero no páginas web. Esto sirve como argumento al plantear tus precios”, dice.

3. Agrega valor. “Entre más cosas puedes aportar, más caro puedes cobrar”, continúa Sonia: “desafortunadamente, en México existen aspectos que deberían estar incluidos, pero son extras porque poca gente los da, como ser puntual o avisar si hay un imprevisto en la entrega”.

Además del trabajo que te soliciten, existen pequeños detalles que puedes agregar a tu oferta y que no precisamente tienen que estar relacionados con cantidad sino con calidad. Ayudar a tu cliente a elegir una tipografía u ofrécele una consulta para resolver sus dudas.

4. Aprende a negociar. “Algunos cliente negocian (ofrecen algo a cambio), otros son regateros. Debes prever en qué situaciones estás dispuesto a aceptar una rebaja”, Sonia hace énfasis en no caer en la promesa de “darte más trabajo si reduces precios” y evitar que te ubiquen por “el cuate que hace descuentos”, sobre todo en la primera cotización.

Recuerda que “sólo se pueden dos de tres: muy bueno, muy rápido o muy barato y debes dejar muy claro lo que incluye tu servicio. Yo siempre pongo una leyenda que dice ‘Lo que no se especifica en esta cotización no está incluido’. Papelito habla y evita confusiones sobre lo que se acordó”.

5. Tente paciencia. Es la recomendación final de Sánchez-Escuer para ponerle precio a tu trabajo freelance. “Al principio es mucha experimentación. Estás empezando, estás averiguando, estás conociendo tu mercado, te estás conociendo a ti mismo. No te preocupes.

“Llegó a pasarme hace muchos años que ¡híjole!, a este cliente le cobré carísimo, parece que le vi la cara. No lo haces a propósito. Aprende la lección, toma nota y haz lo posible por que no te vuelva a suceder”.

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