La vía pública ha sido utilizada históricamente para hacer transacciones comerciales, y la historia de México no es la excepción. En 1880, las calles de Plateros y Cadena en el centro de la ciudad de México fueron la sede de reuniones entre corredores y empresarios que realizaban compra-venta de acciones, bienes y valores.

Posteriormente, ellos se organizaron y comenzaron a hacerlo a puertas cerradas; sin embargo, fue hasta 1894 que se fundó la Bolsa Nacional por iniciativa de tres corredores que vieron la necesidad de que estas negociaciones tuvieran un marco normativo e institucional. En los primeros años del siglo XX se formaron también las bolsas de Monterrey y Guadalajara, pero en 1975 se incorporan en una sola y se creó la Bolsa Mexicana de Valores. Es en este año cuando entra en vigor la Ley del Mercado de Valores.

Actualmente, están listadas en la Bolsa Mexicana más de 100 empresas. Al hacer una comparación, el índice Standard & Poor’s 500 de Estados Unidos considera el desempeño de 500 grandes organizaciones que poseen acciones ya sea en la Bolsa de Nueva York o en Nasdaq (la bolsa electrónica y automatizada más grande de EU).

Un índice bursátil, como el Standard & Poors, el Nasdaq 100 o el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de México, es un número que busca reflejar las variaciones de valor promedio de las acciones que lo componen. Por ejemplo, en México, el IPC aglutina las 35 empresas con mayor liquidez que cotizan en bolsa y busca reflejar la evolución de nuestro mercado.

¿Qué es lo que hace que suba o baje este índice? Muchos factores, tanto externos o internos de México. Un buen desempeño económico, una guerra o cualquier suceso pueden impactar en la evolución de la bolsa mexicana. Por poner un ejemplo, la devaluación del yuan por parte del gobierno chino le ha pegado en el último par de días a la bolsa mexicana.

En el caso de las acciones, funciona de una manera similar. “La bolsa es un mercado regido por oferta y demanda, si una empresa da una buena noticia, por ejemplo, Bimbo informa que entrará a nuevos mercados, esto es una buena noticia, las acciones van a generar mayor demanda y la acción va a subir”, explica Rodrigo Coutiño.

Lo mismo sucede a la inversa. Por poner un ejemplo, si hay un desastre natural que genere pérdidas para una compañía, los inversionistas querrán vender sus acciones y éstas bajarán de precio.

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