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Pese a las diversas amenazas del nuevo gobierno de Estados Unidos (EU), la industria farmacéutica en México no está en riesgo de perder plantas de producción, empleos, ni los más 200 millones de dólares anuales invertidos por multinacionales en el país, coinciden representantes del sector y expertos.

De acuerdo con información obtenida por EL UNIVERSAL, la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam), rechazan que el discurso proteccionista del magnate repercuta en el dinamismo del sector farmacéutico en 2017.

La razón es porque las fábricas de medicamentos llegaron a México antes del TLCAN y su intención principal es atender el mercado interno, con exportaciones mínimas hacia EU.

Así lo explica Cristóbal Thompson, director ejecutivo de la AMIIF, organismo que representa a 44 multinacionales productoras de medicamentos y quien prevé triplicar las inversiones en los próximos tres años en el sector mexicano hasta llegar a 600 millones de dólares anuales.

“Hay una diferencia con la industria automotriz, las plantas establecidas en México llegaron mucho antes que el TLCAN, venían por el tamaño del mercado y aquí se han utilizado para exportaciones a otros países de Latinoamérica”, precisa Thompson.

Detalla que 80% de la inversión farmacéutica se aplica en investigación clínica: estudios en pacientes mexicanos para comprobar la seguridad y eficacia de los medicamentos.

“Trump ha hablado de repatriar plantas, pero en el caso de la industria farmacéutica no aplica porque es investigación clínica, además traemos inversión de compañías japonesas, europeas o latinas”, explica.

Sobre la posibilidad de frenar inversiones futuras en términos de fabricación, abunda en que las plantas productivas en la actualidad de la industria tienen muchos años, además de abastecer al mercado mexicano y de exportación.

En México, las grandes farmacéuticas no tienen inversiones cuantiosas en investigación y desarrollo de nuevas moléculas (medicamentos), que es una de las más valoradas en la industria. Las firmas realizan estos procesos en sus matrices de EU o Europa, mientras que la inversión en México se enfoca en investigación clínica.

“La industria básicamente invierte en investigación clínica, ahí está el foco de las empresas y las grandes inversiones mundiales”, dice.

De las 10 farmacéuticas más grandes con presencia en México, cuatro son originarias de EU. Laboratorios norteamericanos como Pfizer, Merck & Co, J&J y Gilead ocupan desde los primeros a los últimos lugares de la lista, pero hay otros gigantes como Amgen, Eli Lilly, Janssen o Bristo-Myers Squibb, entre otras.

El gasto mundial en medicamentos es millonario. En 2014, se desembolsó un billón 54 mil millones de dólares, indica la firma IMS Health.

Nacionales, sin preocupación. Para Dagoberto Cortés, presidente de la Anafam, organismo que agrupa a más de 25 fabricantes de medicamentos nacionales, el discurso de Trump no tiene importancia para las compañías locales por su independencia, así como por las mínimas importaciones de insumos o sales (sustancias para elaborar los medicamentos) provenientes de Estados Unidos.

“Traemos no más de 10% de las importaciones del mercado estadounidense y en el caso de un posible arancel afectaría muy poco. México exporta menos de 5% de la fabricación de fármacos, no estamos preocupados con implicaciones de gran calado. 80% de nuestras exportaciones son a Centro y Sudamérica, 15% a Europa y menos de 5% a EU”, precisa.

Guillermo Carrasco, experto en la industria farmacéutica del Tecnológico de Monterrey, coincide en que el impacto sería mínimo para el sector mexicano en caso de posibles cambios planteados por el país vecino.

“México representa 1% del mercado mundial de medicamentos para las Big Pharma (grandes productores de medicamentos), entonces como 50% a 60% de las Big Pharma están aquí, y algunas están colapsando, no tendría efecto el castigar inversiones.

“Por otra parte, las inversiones en plantas productivas ha disminuido por el tema de patentes, los centros de manufactura se han ido retirando, ahora tienen almacenes, comercialización, pero no se habla tanto de plantas, por esa razón no habrá un efecto negativo en la industria”, abunda.

Precios 2017. Los representantes de laboratorios y de farmacias consultados por EL UNIVERSAL prevén que las alzas de precios de medicamentos pueden ser absorbidas por los fabricantes para 2017, tras los incrementos registrados en 2016, pero otros esperan que los aumentos comiencen en marzo en un 3% o hasta 7%.

Para Dagoberto Cortés, los incrementos se deben a que 92% de los insumos para producir medicamentos son importados, por lo que se cotizan en euros o dólares. En 2016, Anafam estimó un aumento promedio de 6% en todo los fármacos comercializados en el país y para este año anticipa que se mantengan estables.

Thompson coincide en un alza estimada de 6% promedio en 2016 y para este año asegura que el incremento de los energéticos no es un factor de justificación para elevar el valor de sus productos hacia el público.

Las farmacéuticas, inmunes a Trump
Las farmacéuticas, inmunes a Trump

Farmacias, en vilo. El panorama para las farmacias es distinto. En 2016, la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm) registró un alza generalizada de precios de 10% en productos nacionales y de 20% en medicinas de patente, además anticipa nuevos aumentos en marzo.

“El aumento de 3% a 5% en marzo impactará en general a enfermedades crónico-degenerativas, estacionales (antidiarreicos) e incluso algunas especialidades como vacunas o los oncológicos (para cáncer)”, dice Juvenal Becerra, presidente de la Unefarm.

Antonio Pascual, presidente de la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex), asegura apegarse a los datos del Inegi y estimó un alza de 10% en las medicinas al cierre de 2016, no obstante, también anticipa que el gasolinazo puede representar aumentos de 5% a 7% en fármacos.

Óscar Zavala, presidente de la Unión Nacional Interdisciplinaria de Farmacias, Clínicas y Consultorios (Unifacc), expone que se han puesto un plazo de seis meses para comenzar a importar medicinas desde Asia y Europa para reducir los aumentos en los precios por las triangulaciones con el mercado estadounidense.

Esta medida, asegura, fue expuesta ante José Sánchez y Tépoz, titular de la Cofepris, donde detalló la necesidad de buscar nuevos mercados.

En general, el sector farmacéutico prevé mantener su “salud” frente al enrarecimiento mundial por las amenazas en Estados Unidos, la volatilidad en el tipo de cambio y los posibles cambios en materia comercial, entre otros problemas locales, pero el diagnóstico parece reservado.

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