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Con más de 100 millones de dólares en ventas en México, la compañía estadounidense Tupperware Brands Corporation no ha visto un escenario con mayor incertidumbre en el país en los últimos 18 años, por lo que anticipa que habrá futuras presiones para las empresas de consumo en el país en caso de alcanzar un tipo de cambio cercano a los 25 pesos por dólar.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Luciano Azum, director general de la compañía, reconoció focos amarillos para el mercado nacional en los temas de remesas, empleos y tipo de cambio, pero aseguró que para este 2016 crecerán más de 10% en ingresos y sus expectativas para el próximo año están en análisis.

Con ventas por 2 mil 283 millones de dólares a escala mundial, Tupperware Brands Corporation genera 91% de sus ingresos fuera de Estados Unidos.

En México, uno de los retos para crecer es la inseguridad, debido a que este factor disminuye el consumo en estados como Michoacán, Guerrero, Tamaulipas y Sinaloa.

Con los cambios en las expectativas de crecimiento de México y la llegada de Trump a la presidencia en Estados Unidos, ¿cómo ve Tupperware este nuevo escenario?

—La palabra más utilizada ahora es incertidumbre. En este escenario donde vemos un tipo de cambio a 21 pesos, no sabemos qué pasará. En 18 años que vivo en México es la primera vez que veo un escenario con tanta incertidumbre hacia 2017.

Hay que seguir con la mentalidad de crecimiento, si bien se espera cierta incertidumbre o dificultad, no sería la última ni la primera vez que encontraríamos en México un panorama así.

Para nosotros, en algún momento, especialmente después de las elecciones en Estados Unidos, fue un momento difícil, hasta anímicamente, hoy estamos en un proceso de aceptación y debemos movernos hacia delante con actitud positiva.

¿Cómo está posicionada Tupperware para enfrentar los diferentes escenarios posibles? ¿Cómo resentirá el impacto en sus exportaciones e importaciones siendo un corporativo multinacional?

—Tupperware lleva en México 50 años. Es una empresa que está muy consolidada en el mercado, tenemos una planta en Lerma, que es una de las más grandes a escala mundial.

En Lerma producimos cada año cerca de 30 millones de productos, de los cuales 60% va destinado para el mercado mexicano y el resto para Estados Unidos, Centro y Sudamérica, así como algunos países de Europa.

Como el producto en su mayoría es hecho en México, eso nos permite tener cierta flexibilidad. La materia prima (resinas) que es de la más alta calidad se adquiere en dólares, pero de todas maneras hemos buscado invertir en innovación y en procesos, en volvernos más eficientes para contrarrestar un efecto cambiario en el costo final de los productos.

Dentro de este nuevo contexto, ¿en dónde vería Tupperware los tres principales focos de atención? ¿Cómo percibe la amenaza sobre el impuesto a las remesas?

—En este momento estaría atento para saber cuáles promesas de campaña se empiezan a materializar. No sé qué tan factible sería el impuesto a las remesas, porque según leí son propiedad privada y sería inconstitucional, sin embargo, hay tres o cuatro puntos que afectarían no sólo a Tupperware, sino a México como país.

El tema de las remesas, por ser uno de los principales ingresos para el país, por lo que cualquier impacto de disminución en los envíos de dinero tendrá un impacto fuerte en el consumo, no sólo de Tupperware, sino de cualquier empresa de consumo.

Otro punto es el temor de las personas que trabajan en empresas estadonidenses por no permitir o tratar de reducir su presencia en México.

Desde el punto de vista de empresas automotrices o manufactureras, quienes producen insumos en el mercado mexicano, llevar esto a Estados Unidos incrementaría los costos.

Se ha planteado un panorama muy pesimista por lo visto en la campaña electoral, pero realmente llevarlos a la práctica no se ven muy factibles.

Entonces está el tema del impacto en las remesas, el impacto por los puestos de trabajo y el impacto por el tipo de cambio, no sólo en los insumos en dólares, sino por el impacto inflacionario por un dólar tan caro.

Con un tipo de cambio a 21 pesos, que aún puede subir,¿qué tan fuerte es Tupperware para resistir un incremento de precios?

—Todas las empresas hemos hecho un esfuerzo para absorber el impacto en el tipo de cambio, pero si el dólar se va a 25 pesos sí genera una presión en los costos que se tiene que transmitir a los precios.

En la manera de lo posible nosotros estamos haciendo todo para mantenernos competitivos, pero llega un momento en que un dólar muy caro, por el insumo en dólares, te llega a poner una presión cada vez más fuerte.

Si ves cómo se ha comportado el dólar en los últimos días, a veces hay
variaciones de un peso de un día
para otro.

Sí es un escenario que podría darse (el llegar a 25 pesos por dólar), no sé con qué certidumbre podría ocurrir, pero en ese caso Tupperware como cualquier otra empresa, ve la necesidad de impactar precios.

¿Cómo ve Tupperware a los mexicanos luego de las declaraciones de Donald Trump durante la campaña electoral?

—Como empresa tenemos una misión: cambiar vidas para mejor. México independientemente de la percepción que tenga de una persona, ahora presidente electo de los Estados Unidos, es un gran país, es uno de los cinco países más importantes para la corporación a nivel mundial, y hoy se ve a esta unidad de negocio con muy buenas prácticas que se aplican en otros países.

A mí me duelen personalmente esos comentarios y estos estereotipos que se han exacerbado con esta campaña en Estados Unidos, para nada estoy de acuerdo con ese estereotipo.

En cuanto a su desempeño, ¿cuánto prevén crecer en 2016?

—Estamos creciendo a tasa de doble dígito en este 2016, en volumen e ingresos, a pesar de cuestiones como la inseguridad en algunos estados que nos golpea porque la gente no puede salir y hacer sus actividades sin tener un libre movimiento.

Ha sido un año muy bueno para nosotros. La expectativa y el enfoque hacia delante es seguir haciendo un negocio con crecimientos, hay oportunidad para desarrollarnos y hay que trabajar para manejar los escenarios.

¿En 2017 se mantendrá el ritmo o modificarán sus proyecciones?

—Me encantaría poder decir que apuntaríamos a lo mismo, va a depender, seguiremos con una mentalidad de crecimiento, nunca nos planteamos un año para atrás.

Estamos confiados que puede seguir siendo un año positivo.

¿En qué zonas del país ven mayor potencial para su negocio?

—Mi expectativa es crecer en todas las regiones del país. En cuanto a dificultades, en el sur el tema de los maestros, los bloqueos, complican, pero hemos tenido crecimiento.

En la parte del Golfo de México, la situación con Pemex está afectando a ciudades que tenían una derrama económica fuerte, pero también se genera la oportunidad para quienes buscan un ingreso extra.

En el tema de inseguridad, ¿cómo lo resienten?

—Si nos vamos a Michoacán, Guerrero, Tamaulipas, Sinaloa, no es fácil tener una actividad. Muchas dificultades están en desplazarse de manera segura de una población a otra. Cuando me refiero a inseguridad es de todo, afecta no sólo a nuestro negocio, sino a otras empresas. Hay lugares donde se puso el sol y ya no puedes salir.

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