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Dos noticias impactaron a la industria refresquera esta semana. Por un lado, en el estudio titulado Patrocinio de organizaciones nacionales de salud por las dos compañías más grandes de refrescos publicado por la revista científica American Journal of Preventive Medicine, denunció que 96 organizaciones relacionadas con la salud fueron patrocinadas por Coca-Cola Company y PepsiCo entre 2011 y 2015.

“A través de la aceptación de financiación de estas empresas, organizaciones de salud están participando de forma inadvertida en sus planes de marketing”, concluyó el estudio elaborado por los investigadores Daniel G. Aaron y Michael B. Siegel.

En otro frente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) exhortó esta semana a establecer nuevos impuestos para las bebidas azucaradas, debido a su impacto en el aumento de la diabetes, caries y obesidad. Además, resaltó que un incremento en el impuesto, hasta de 20% sobre el precio final de bebidas azucaradas, podría generar una reducción en el consumo.

En México, la asociación civil El Poder del Consumidor (EPC) aseguró que cientos de asociaciones, instituciones educativas y otros organismos del país reciben dinero de manera directa o indirecta de la industria refresquera.

Entre los entes señalados por EPC de recibir recursos de la industria para realizar investigaciones sobre obesidad u obtener recursos para programas de actividades físicas están la Federación Mexicana de Diabetes, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

También está el centro de estudios Bitácora Social, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y la asociación Mexicanos Activos.

“Estos acuerdos con instituciones generan una lealtad y neutralizan a las organizaciones. En el caso del Conacyt es muy grave, pero también hay que ver los vínculos con el gobierno como con este programa de Ponte al 100 junto con la Conade”, indicó Alejandro Calvillo, director de EPC.

Entre los aliados para defender la postura de la industria están la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), así como organismos empresariales como la Asociación Nacional de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac), el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) y el Movimiento por una Vida Saludable (Movisa).

“Un ejemplo: mientras que la Federación Internacional de Diabetes, libre de conflicto de interés, no acepta dinero de estas empresas, salió a decir como lo ha hecho la OMS que es recomendable un impuesto a las bebidas azucaradas; después la Federación Mexicana de Diabetes dice que no hay vínculo entre bebidas azucaradas y la obesidad y la diabetes, ahí está muy clara la postura”, agregó Calvillo.

Uno de los reclamos de los organismos consultados sobre la posición de El Poder del Consumidor radica en que esta asociación también recibe recursos por parte de la Fundación Bloomberg y no hace públicas en México las donaciones de los últimos años.

Dulce dilema. Sube de tono debate por IEPS a refrescos
Dulce dilema. Sube de tono debate por IEPS a refrescos

Preparan nuevo impuesto

Tras la exigencia de la OMS, el senador perredista Armando Ríos Piter adelantó que propondrá en los próximos días una nueva iniciativa para subir el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) de 1 a 2.5 pesos por cada litro, con el objetivo de incentivar a las refresqueras a reformular sus productos y evitar un daño en la salud de los mexicanos.

“Queremos reforzar el sentido de la iniciativa que presentamos hace dos meses, porque al plantear la OMS el incremento al 20%, da la justificación internacional de nuestro argumento, 2 pesos por litro. Pero para que haya reformulación podríamos plantear 2.5 pesos por litro y que quede en 2 pesos cuando haya reformulación”, precisó el legislador.

Sobre la fecha exacta de la presentación de esta iniciativa, Ríos Piter comentó que es necesario “hacerlo pronto, porque para la próxima semana se discuten los ingresos en la Cámara de Diputados”. El legislador consideró que si bien las empresas no caen en actos de corrupción, buscan incidir de manera directa sobre la opinión pública.

“No es un acto ilegal, pero es un acto éticamente contrario al bien de los consumidores y los niños”, aseveró.

Luis Encarnación, vocero de la red de organizaciones Contrapeso, resaltó que la recomendación de la OMS para subir los impuestos no pudo llegar en un momento mejor para México, ya que en este momento los diputados y senadores están en posibilidad de hacer los ajustes necesarios para desincentivar el consumo de este tipo de bebidas.

“El 20% corresponde a la petición que estamos haciendo al Congreso de la Unión. La OMS no sólo lo dice para un país, lo pide y exhorta a todos los países para implementar medidas fiscales que desincentiven y disminuyan el consumo de bebidas azucaradas como jugos o refrescos”, agregó.

El representante de Contrapeso consideró que el patrocinio de la industria a diferentes organizaciones incide en el discurso imparcial.

“Cuando un estudio es patrocinado por la industria de bebidas, tiene ocho veces más probabilidades de generar resultados positivos para esta industria”, indicó.

Los detractores de la industria coinciden en que no existe ilegalidad en el actuar de las empresas refresqueras, pero todos aseguran que el objetivo de este tipo de patrocinios es moldear las evidencias científicas a su favor.

Coca-Cola y Pepsi rechazan

Se buscó a Coca-Cola y Pepsi para conocer a cuántas organizaciones han apoyado en México con la solicitud de estudios o investigaciones, pero no hubo respuesta a esta interrogante.

“En México estamos trabajando en el proceso de acopio y preparación de la información sobre los apoyos que la compañía ha dado en el país para el desarrollo de investigaciones, iniciativas y programas relacionados con temas de salud, bienestar y actividad física”, dijo Lorena Villarreal, directora de Comunicación Corporativa de Coca-Cola México.

La directiva manifestó que la industria mexicana de Coca-Cola “ha estado y seguirá invirtiendo recursos que contribuyan al desarrollo del país y apoya en todo momento a científicos que con su profesionalismo marcan un cambio positivo en el mundo”.

Entre los argumentos de la industria para defender la independencia de las organizaciones e instituciones que contratan de manera directa o indirecta se explicó que nunca condicionan los resultados de las investigaciones, ni tampoco se ejerce presión sobre los científicos.

“Los 40 años de la colaboración con Conacyt, que anualmente celebra el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología, han apoyado a más de mil científicos cuyos trabajos han sido de gran valor dentro de los procesos de producción, industrialización y exportación”, abundó Villarreal.

PepsiCo México expresó que “lo que no se menciona en este estudio (de la OMS), o es convenientemente ignorado, es el hecho de que PepsiCo se cataloga de forma incorrecta como una compañía de refrescos, cuando sólo una parte de nuestros ingresos globales proviene de las bebidas gaseosas”.

“Alrededor de 45% de nuestros ingresos proviene de productos nutritivos de uso diario (como la avena), bebidas cero o reducidas en calorías y snacks con bajos niveles de sal y grasas saturadas”, dijo la compañía en su postura.

Cuestionan a la OMS

ConMéxico afirmó que “extrañan las aseveraciones hechas por la OMS, en el sentido de que estas medidas fiscales son promisorias para prevenir enfermedades no transmisibles, así como la recomendación vehemente a todos los estados miembros de implementarlas, puesto que no hay evidencia empírica que lo sustente”.

El organismo presidido por Jaime Zabludovsky comentó que ninguna de las recomendaciones de la OMS pueden extraerse de los casos que cita en los once países donde se han gravado los alimentos y las bebidas no alcohólicas.

“En el propio reporte, se reconoce que en la mayoría de casos los impuestos a los alimentos se han implementado con fines económicos y no de salud pública, además de que en casi todos se carece de evaluación de su impacto en la salud, la recaudación, los patrones de consumo, el consumo de productos gravados y el efecto sustitución”, abundó.

En cuanto al financiamiento de estudios, ConMéxico resaltó que el punto importante en la discusión no es la fuente de los recursos, sino las metodologías y hallazgos encontrados en las investigaciones.

“La mayoría de la investigación científica que se realiza a nivel mundial se logra gracias a la inversión de capital privado; sin éste, no existiría la generación de conocimientos que nos ha llevado a un progreso acelerado”, aseveró.

La Anprac también cuestionó las declaraciones de la OMS, porque dijo que la demanda de bebidas azucaradas es generalmente elástica; además, la elasticidad-precio es mayor entre los consumidores de bajos ingresos, jóvenes y personas con sobrepeso, lo cual está vinculado con el ingreso.

“Es relevante mencionar que actualmente los consumidores mexicanos pagamos alrededor de 30% de impuestos indirectos (16% de IVA más un peso por litro de IEPS), superior al 20% propuesto por la OMS”, abundó.

La Anpec, representante de las tiendas tradicionales, comentó que la relación comercial entre el pequeño comercio y la industria refresquera data desde hace más de 90 años, pero rechazó cualquier tipo de financiamiento a su organismo y dijo desconocer el plan de relaciones públicas de la industria refresquera.

“No hay que perder de vista que el pequeño comercio es el principal canal de comercialización de refresco en el país, siete de cada diez se comercializan por este canal; de allí su relevancia en el punto de venta”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Anpec.

El empresario comentó que su preocupación principal es que los consumidores son quienes pagan los impuestos, debido a que los aumentos siempre son trasladados a los precios finales de las bebidas azucaradas.

Por su parte, Bitácora Social reconoció que ha sido contratada para realizar más de 140 estudios por empresas, organismos gubernamentales, fundaciones, universidades, museos, organismos no gubernamentales, empresas de entretenimiento y bancos, entre otros. Sin embargo, rechazó cualquier tipo de presión o influencia en sus resultados.

“En ningún momento se nos instruyó, sugirió o pidió que los resultados apuntaran o no sobre algún tema específico”, aseveró.

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