La salida del Reino Unido (RU) de la Unión Europea (UE) será materia de negociación por cierto tiempo. Legalmente el gobierno de RU no ha dado el primer paso, observándose diferencias sobre la materia con los gobiernos de la UE.

Desde el lado de las islas la fecha inicial establecida es septiembre o en su caso cuando el partido de Cameron hubiere resuelto quién presidirá a la formación política y en tanto tal ocupará la posición de primer ministro. Es un tema con clave interna relevante. Mientras en la UE varios insisten en que debe comunicarse de inmediato la decisión y bajo ninguna consideración pueden existir negociaciones sin haber dado ese paso inicial.

Sin embargo, la UE tuvo el miércoles una reunión en Bruselas con tan sólo 27 jefes de estado o de gobierno. La semana pasada, inmediatamente después de conocerse los resultados del referéndum con Brexit incluido, el comisario europeo de finanzas Jonathan Hill, miembro del partido conservador en RU, renunció a su cargo. En su cuenta de Twitter comunicó: A la luz del resultado del referéndum es correcto que dimita.

En los días próximos otros anuncios y hechos diversos se estarán produciendo. En ellos la clave nacional será un dato relevante. Los gobiernos europeos van a sostener posiciones distintas entre si sobre el curso de la negociación y sobre el quehacer en Europa y en el conjunto de las relaciones políticas y económicas internacionales. Las ideas que permitieron alcanzar una mayoría en RU que se pronunció por salir de la UE, están presentes en muchos otros países de la UE.

Se han fortalecido en años recientes, a la vez que se incrementan la desigualdad social, la pobreza y la desesperanza en el continente. En particular es notable el fortalecimiento de las ideas y los movimientos contra inmigración en varios países europeos y con ello el avance de partidos de extrema derecha que relacionan la situación de pobreza, falta de empleos y aún lo que califican de dispendio de los recursos de cada país con la presencia de extranjeros, más cuando provienen de países en desarrollo y no son blancos.

Al final de la reunión en Bruselas, Mariano Rajoy, presidente de gobierno en funciones del Reino de España, declaró: Si el Reino Unido se va de la UE, se va Escocia. Las competencias de Escocia para negociar con la UE son ninguna. Es una afirmación con destinatarios precisos en Cataluña e incluso en el País Vasco.

Sin embargo, casi en el mismo momento, contando con la presencia en Bruselas de la primera ministra escocesa, el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker aseveró que Escocia se ha ganado el derecho a ser escuchada en Bruselas. El argumento de la separación de Escocia del Reino Unido vuelve a cobrar preeminencia y en economía es un dato relevante únicamente considerando la geografía del petróleo. Economía y política van de la mano y no necesariamente con resultados semejantes.

En los mercados bursátiles de Estados Unidos y de la UE las caídas de los días inmediatos al Brexit no se mantienen. Por el contrario, en varias de las bolsas de valores se producen en la semana en curso alzas importantes. El Ibex encabeza los incrementos con la segunda mayor subida del año en dos días, 6%.

El resultado de las elecciones del domingo pasado también influyó, pero como en el resto de los mercados de valores es la amplia disposición de los bancos centrales para dotar de liquidez a los mercados lo que generó medios para mitigar las operaciones de ventas masivas de documentos bursátiles. Los arreglos de los mercados financieros serán parte importante de las negociaciones en el momento en que se avance en la salida RU de la UE.

En este contexto los gobiernos de Francia e Italia llaman la atención sobre la necesidad de discutir el tema de la disciplina fiscal. En la región hay posiciones firmes sobre la materia.

En la prensa de Alemania se conoce un documento del ministerio de finanzas que sostiene la necesidad de reforzar la disciplina fiscal en la zona del euro ante los resultados del referéndum en RU.

Se insiste en la necesidad de aplicar las recomendaciones de reforma estructural que realiza la Comisión Europea y la creación de una autoridad independiente encargada de la vigilancia y ejecución de la política fiscal en los países de la zona del euro. Una reiteración del gobierno alemán frente a las demandas de París y Roma de que no es posible mantener la austeridad fiscal. Los hechos plantean una interrogante clave para el futuro: ¿Quién gobierna en Europa?

Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
e-mail: vidal.gregorio@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses