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El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó en dos puntos porcentuales el pronóstico de crecimiento económico mundial y el de México, tanto para este año, como para el próximo.

El organismo ajustó a la baja las proyecciones del Producto Interno Bruto (PIB) debido a que se anticipa un entorno global con un lento avance y frágil para 2016 y 2017, esto como consecuencia de la desaceleración en China y los bajos precios del petróleo.

Al dar a conocer la actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en inglés), la institución estimó que México va a crecer 2.4% este año, menor al 2.6% que previó en enero pasado. Para 2017 también ajustó sus previsiones, al pasar de 2.9% a 2.6%.

Para la economía global también realizó un ajuste a la baja de dos puntos porcentuales. La nueva estimación quedó en 3.2%, desde 3.4% en 2016, mientras que para el próximo año se redujo de 3.6% a 3.5%.

El organismo internacional estimó que México va a seguir creciendo a un ritmo moderado gracias a la vigorosa demanda privada y a los efectos de contagio generado por una robusta economía estadounidense.

El recorte a las previsiones para México, se debe a la caída de los petroprecios y sus efectos fiscales, así como por la debilidad del sector manufacturero, explicó la subjefa de la división del Departamento del Hemisferio occidental del FMI, Oya Celasun.

En conferencia de prensa, con motivo de la presentación de la actualización de las perspectivas económicas, la representante del organismo confió que en un futuro México va a tener un sólido crecimiento.

En el reporte, el Fondo Monetario Internacional consideró necesario que las economías de mercados emergentes como México deben mantener mejoras en los niveles de vida ganados con tanto esfuerzo.

Los países exportadores tienen que hacer modificaciones sustanciales al gasto interno y, en algunos casos, realizar ajustes fiscales basados en una combinación de recortes al gasto y aumento de ingresos.

“Si se imprime más eficiencia al gasto del sector público y se amplía la base de recaudación para incluir actividades ajenas a las materias primas, el ajuste será menos penoso”, advirtió.

Como prioridades a corto plazo, señaló que se debe incrementar el PIB para mejorar su potencial y contener las vulnerabilidades.

Las perspectivas de crecimiento económico para América Latina también se revisaron a la baja. La institución prevé que este año va a registrar una contracción de 0.5%, cuando en enero estimaba que la caída iba a ser de 0.3% para el próximo año. Para 2017 calcula un avance de 1.5%, aunque en enero calculó que la expansión iba a ser de 1.6%.

Se prevé que continúe la recesión en Brasil, con una caída de 3.8% en su PIB. Chile es otro país de la región con una tasa negativa de 1.5% en 2016.

Más riesgos. De las perspectivas mundiales, el consejero económico y director del departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional, Maurice Obstfeld, advirtió que la persistencia de un crecimiento lento deja secuelas que, de por sí, reducen el producto potencial y en consecuencia la demanda y la inversión.

“A menor crecimiento, mayores riesgos y probabilidades de un estancamiento secular”, alertó en conferencia de prensa.

Hizo un llamado a trabajar sobre una estrategia basada en tres frentes para emprender reformas y políticas fiscales y monetarias más asertivas.

Obstfeld mencionó que en la actualización de perspectivas económicas se pone énfasis en que las reformas más valiosas en estos momentos suelen ser las encaminadas a reducir los impuestos ineficientes al trabajo, aumentar el gasto público en investigación y desarrollo y aplicar políticas activas para el mercado laboral.

También se ponderó que es fundamental seguir fortaleciendo al sector financiero para crear un contexto en el que las políticas monetarias, fiscales y estructurales puedan surtir su máximo efecto.

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