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A pesar del fuerte repunte de la inflación durante el periodo enero-marzo de 2017, el poder adquisitivo del ingreso laboral registró en ese lapso una ligera recuperación de 0.3% respecto al trimestre inmediato anterior, de acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Si bien se trata de un dato positivo, la mejora que se observó no logra compensar la caída que tuvo hacia finales del año pasado.

En el cuarto trimestre de 2016, el poder adquisitivo del ingreso laboral cayó 1%, por lo que la recuperación de 0.3% de los primeros tres meses de este año aún es insuficiente para estar en una mejor posición.

Además, el avance que reportó el indicador que mide el Coneval no fue parejo en cada una de las entidades del país, porque en 17 de las 32 se observó un caída durante el primer trimestre de 2017.

El poder adquisitivo disminuyó en estados como Hidalgo, con una caída trimestral de 12%; en Ciudad de México, 4.9%, y en Tamaulipas, 4.1%.

El Coneval evalúa trimestralmente la evolución del poder adquisitivo del ingreso laboral de los hogares y con base en la información analiza si aumenta o disminuye el porcentaje de la población cuyos ingresos laborales son insuficientes para adquirir la canasta alimentaria básica.

Para realizar esta estimación, el consejo utiliza el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), el cual si bien no constituye una medición de pobreza, sirve como señal preventiva de corto plazo sobre la situación del ingreso laboral de las familias en relación con la canasta alimentaria.

Si el ingreso laboral aumenta más que el valor de la canasta alimentaria, el poder adquisitivo del hogar mejora y el ITLP tiende a bajar. De forma inversa, si el precio de los alimentos aumenta más que el ingreso laboral, el poder adquisitivo disminuye y el ITLP tiende a subir.

El primer trimestre del año, el ITLP a escala nacional registró una disminución de 2.6% respecto al trimestre inmediato anterior. En el ámbito urbano bajó 2.8%; en el rural, 2.1%.

Entre los factores que han contribuido a este favorable comportamiento, el Coneval destaca que a pesar del alza en los precios de muchos productos, el valor de la canasta alimentaria ha crecido menos que la inflación en los primeros meses de 2017.

Los precios de productos como cebolla y jitomate, y los de artículos no alimentarios básicos como servicio de telefonía móvil y aparatos electrónicos han bajado respecto a 2016.

Otro elemento que ha contribuido a mantener el poder adquisitivo a inicios de 2017 fue el incremento de 9.58% del salario mínimo a partir de enero, que fue dirigido principalmente a quienes ganan ingresos bajos, lo que ayuda a explicar que el ITLP siga cayendo durante 2017, y que incluso su tendencia descendente se haya mantenido en estos últimos meses.

El Coneval advierte que la señal de prevención de estos datos es que durante los siguientes meses de 2017, la inflación pudiera ganarle la partida a las cifras de crecimiento del empleo, derivado de la posibilidad de que la inflación sí se refleje en el costo del conjunto de productos alimentarios.

Si esto sucediera sin mejoras en el mercado laboral (empleos y salarios) y sin mantener el crecimiento económico, una parte de lo ganado en los últimos dos años podría perderse.

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