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La mitad de los jóvenes mexicanos viven en la llamada clase vulnerable, es decir: no son pobres ni de clase media, algunos no estudian ni trabajan y los que laboran lo hacen en la informalidad, dice el jefe de la Unidad de América Latina y el Caribe del Centro de la OCDE, Ángel Melguizo.

En tanto, otros emprenden con el único fin de subsistir, por lo que faltan políticas que impulsen su capacitación y su incorporación a la formalidad, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.

En México, 21 de cada 100 jóvenes de entre 15 y 24 años trabajan en la informalidad y 24 de cada 100 no estudian ni trabajan ni se capacitan.

Explica que los jóvenes que viven en la clase vulnerable, cuyas familias viven con entre cuatro y 10 dólares por persona, corren el riesgo de caer en la pobreza si no se les capacita y se les brindan herramientas para integrarse a la formalidad.

Para aprovechar el bono demográfico, que sólo durará hasta 2020, es necesario capacitar a los jóvenes y darles herramientas para que logren tener desarrollar habilidades gerenciales.

El representante de la OCDE menciona que, de acuerdo con el estudio Perspectivas económicas de América Latina 2017, el emprendimiento en América Latina es poco dinámico y predomina el de subsistencia.

En México, 17% de los emprendedores crea una actividad con el único objetivo de subsistir, proporción menor al 26% promedio en Latinoamérica.

El otro problema, añade Melguizo, es que en América Latina las empresas tienen más problemas para encontrar trabajadores con las competencias que necesitan, ya que 45% de los negocios de la región no logra tener a los trabajadores deseados, mientras que en México el porcentaje sube a 49%.

Estos jóvenes del sector de los vulnerables requieren políticas públicas que impulsen su incorporación a la formalidad, a la capacitación, y que en caso de ser emprendedores logren acceder a financiamiento y a esquemas de apoyo que les permitan vincular su empresa con el exterior.

La OCDE hace un “llamado a la acción para que gobiernos implementen políticas públicas de atención a los jóvenes que forman la clase vulnerable”.

Melguizo, quien visita México para presentar el estudio, destaca que es clave reforzar la educación técnica y profesional, invertir en infraestructura y en docentes con mayor formación.

Hace falta seguir con el desarrollo de la educación dual, por la cual se vincula a la academia con las empresas.

Además, hace falta impulsar a los emprendedores y fomentar programas de capacitación empresarial para lograr que desarrollen habilidades gerenciales y financieras.

El funcionario menciona que las políticas públicas actuales dan a México un crecimiento de 2% anual en promedio, pero hay que lograr salir de la “trampa del bajo crecimiento” e impulsar políticas que permitan alcanzar mayores tasas de actividad productiva, afirma.

Actualmente la situación social y política crea una desconexión entre la población y las instituciones políticas, añade, situación que se debe revertir con programas de nueva generación, porque las aspiraciones y exigencias de la sociedad son mayores.

Melguizo dice que hace falta aprovechar a los jóvenes de la clase vulnerable y sobre todo a las mujeres, que realizan mayormente trabajo doméstico.

Comenta que los países tienen que solucionar la agenda antipobreza e innovar en otras políticas, además de que hay un reto de calidad y no de cobertura educativa.

Sobre las políticas implementadas a través del Instituto Nacional del Emprendedor, explica que hay importantes apoyos para los jóvenes, aunque hace falta trabajar más en la internacionalización de las empresas, porque la facturación de las firmas es prácticamente nacional, mientras que en los países de la OCDE 20% tiene que ver con contratos en el exterior, en America Latina la proporción es de 10%, y en México es de entre 1% y 2%.

En Colombia y Brasil han ido más allá, agrega, y han dado grandes apoyos a los emprendedores.

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