Está visto: no bastan las exenciones fiscales a los ricos y poderosos en México, ya que éstos trasladan su riqueza a paraísos fiscales en esquemas considerados legales, pero bajo sospecha de ilegalidad. La defensa a priori del secretario de Hacienda ante las revelaciones de los Paradise Papers (No es ilegal tener dinero en el extranjero, dijo), revelan una postura oficial para hacerse de la vista gorda, tal como ocurrió con los Panama Papers, donde la investigación arrojó que la constructora Higa utilizó este esquema. En ese entonces el Servicio de Administración Tributaria (SAT) dio a conocer que investigaba 33 casos de mexicanos involucrados. Al final no informaron ni castigaron nada.

Con el anglicismo offshore se denomina a aquellas empresas registradas en un país diferente a aquél en el que desarrollan sus actividades de negocio. Lo cual no es ilegal. Tampoco es ilegal guardar fortunas en esos paraísos fiscales. Pero opuesto al paraíso está el infierno. El secretario de Hacienda matizó su declaración reconociendo que si los empresarios señalados no pagaron impuestos, incurrirían en evasión fiscal, lo que convertiría estas acciones en lavado de dinero; lamentablemente la regla en este país es la transa. Hay que seguir la pista del dinero.

Cuando de manera aventurada el secretario de Hacienda y presunto aspirante a la Presidencia de la República declara ante este asunto que: “En muchos casos seguramente no hay violaciones, habrá casos en donde los haya”, Meade adelanta lo que todos sabemos: que la justicia tributaria es selectiva, y muestra su interés de hacer un guiño a los grandes evasores de impuestos para decirles que en un posible gobierno que él pueda encabezar, todo seguirá igual. Desde la perspectiva del gobierno actual, la estabilidad económica implica seguir en los actuales niveles de corrupción, impunidad y opacidad, como si no pasara nada en el país.

En México, la concentración de la riqueza en unas cuantas manos está cimentada sobre bases firmes, el perdón de adeudos fiscales a unos cuantos se realiza sin explicaciones suficientes. En el reporte Tributación para un Crecimiento Inclusivo (http://alturl.com/ydeq5 ), publicado en marzo de 2016 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la organización Oxfam, se advierte que en México, los más ricos son los que menos contribuyen al Impuesto sobre la Renta (ISR), atribuyéndolo a “deficiencias estructurales en el código tributario”. Fundar considera que en nuestro país las exenciones fiscales para los más ricos son “beneficios injustificados”.

La recaudación en la minoría privilegiada apenas alcanza 10% del impuesto, muy por debajo de países de Europa y Norteamérica, en tanto que en Estados Unidos la recaudación por ese impuesto entre los más ricos es de casi 15%, en países como Reino Unido o Italia supera el 25%. Se calcula que la corrupción cuesta a México hasta un 9% del PIB, es decir, de cada 100 pesos que genera la economía, alguien se roba 9. El quebranto impacta al desarrollo del país. Así, no hay economía que sobreviva: pérdidas por la corrupción; elevado endeudamiento; exenciones fiscales; evasión fiscal; expoliación, tributación y apropiamiento de actividades económicas por parte de la delincuencia organizada, aunado a la fuga de capitales a paraísos fiscales.

Es urgente plantear una transformación de fondo al sistema político del país, un modelo que no permita la impunidad en ningún caso

Secretaria general del PRD.
@Beatriz_Mojica

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