El mercado mexicano cada vez  muestra una mayor aceptación por los vehículos amigables con el medio ambiente, un ejemplo son los autos híbridos que, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), han colocado 4 mil 441 unidades en el periodo de enero-agosto de este año, siendo el Toyota Prius el de mayor venta en todo el país.

Pero no solo los híbridos han mostrado un incremento en sus ventas pues — en mucho menor escala— los eléctricos también han tenido un aumento, según la AMIA, tan solo en los primeros ocho meses de 2016 se colocaron 176 unidades, un número que va a la alza desde que comenzó su venta al público hace casi dos años.

Este tipo de unidades  tiene  más complicado su nivel de aceptación, Los  factores que limita su crecimiento en el mercado mexicano son muchos, entre ellos: sus elevados precios y pocos estímulos que hay para su venta, la infraestructura de recarga y su autonomía que no permiten realizar viajes largos, este último punto es la razón por lo que, según  una encuesta realizada por la empresa LeasePlan, 70% de los conductores no los escogerían. Ante eso, las compañías automotrices cada vez desarrollan mejoras tecnologías que aumentan las capacidades de almacenamiento de energía de sus baterías, además de ajustes  en sus motores eléctricos para crecer su eficiencia y así ofrecer un más kilómetros recorridos por carga.

Mientras estas tecnologías llegan a su máxima eficiencia, las marcas, a la par, trabajan en sistemas de propulsión eléctrica apoyados por motores a combustión, los cuales no se clasifican como híbridos, sino como eléctricos de rango extendido. Esto es, el propulsor a combustible solo se utiliza para generar electricidad para la batería, más no  ayuda, directamente, a impulsar el auto.

Uno de los sistemas más actuales de este tipo es el E-Power de Nissan que se montará en el eléctrico Leaf. Éste se compone de un motor a gasolina, un generador de corriente, un inversor y un motor eléctrico, esta tecnología actúa cuando la energía de almacenada en la batería se agota, por lo que el pequeño propulsor de combustión produce electricidad para alimentar, tanto al motor eléctrico como a la batería del auto, y así tener mayor rango de autonomía.

Este tipo de sistemas ya están  disponibles en el mercado mexicano, un ejemplo es   el Chevrolet Volt que utiliza una tecnología similar al e-Power. En este caso, se tiene una autonomía de 80 km por carga de  batería, más  otros 594 km que se logran gracias a los 35.2 litros de gasolina almacenados  el tanque, los cuales se utilizan para    alimentar  el motor 1.5L de cuatro cilindros que genera    electricidad,   tanto  para el propulsor eléctrico como para  la batería. A esto se le suman otros pocos km  obtenidos por la energía proveniente del sistema de regeneración conectado a los frenos.

Otro ejemplo lo podemos ver también en el  BMW i3 que ofrece un paquete opcional con  un motor de dos cilindros a gasolina, el cual permite aumentar la autonomía de 130 km hasta 330 km por carga y tanque de combustible.

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