Este año la Feria Internacional del Libro, que se presentó en Guadalajara, Jalisco, fue el gran evento mundial de literatura en habla hispana, con más de 800 mil visitantes, lo que más me llamó la atención fue la presencia de cientos de niños que estudian la primaria en esa ciudad y que recorrieron junto con sus maestros los enormes pasillos donde expusieron miles de libros las más importantes editoriales nacionales y extranjeras, esos niños representan una esperanza alentadora, porque están familiarizados con ese evento que se realiza cada año, es tradición para las escuelas llevar a los estudiantes, es una verdadera fiesta, el mensaje es contundente, los libros son el origen del conocimiento, invitar a la lectura desde temprana edad en un país donde se leen en promedio 4 libros al año, es de la mayor relevancia.

Esta fue la trigésima primera edición, personalidades de grandes y finas plumas se dieron cita, entre los que destaca Enrique Krauze, a quien se le ha reconocido con la Beca Guggenheim, la Medalla al Mérito Histórico Capitán Alonso de León, la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; también estuvo Elena Poniatowska ganadora en 2013 del premio Cervantes, quien tuvo un encuentro con jóvenes con quienes intercambió ideas y una dialéctica del conocimiento. En el evento fue galardonado Emmanuel Carrère con el Premio de Literatura en Lenguas Romances, y Nona Fernández, quien recibió el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz.

Se festejó el cincuenta aniversario de la obra intitulada Cien años de Soledad, de Gabriel García Márquez, que se publicó en Buenos Aires, Argentina, en mayo de 1967; justo homenaje a esta gran obra de la que se han vendido más de 30 millones de ejemplares y traducido a 35 idiomas, nos transporta al pueblito llamado Macondo en donde atraviesa diversas dificultades la familia Buendía, “la tierra es redonda como una naranja. Úrsula perdió la paciencia ‘si has de volverte loco, vuélvete tu solo>’ gritó. ‘Pero no trates de inculcar a los niños tus ideas de gitano’. Toda la aldea estaba convencida de que José Arcadio Buendía había perdido el juicio, cuando llegó Melquiades a poner las cosas en su punto. Exaltó en público la inteligencia de aquel hombre que por pura especulación astronómica había construido una teoría ya comprobada en la práctica, aunque desconocida hasta entonces en Macondo”.

La oferta es invaluable, conferencias, presentación de libros, conciertos de música, cafeterías restaurantes todo en el mismo lugar, una feria que deberían visitar todos los mexicanos por lo menos una vez en la vida, mejor aún debería de haber una feria de esta naturaleza en cada entidad federativa al alcance de todos.

En el libro Oralidad y escritura: tecnologías de la palabra, su autor Walter J. Ong destaca que el homo sapiens existe desde hace 30 mil a 50 mil años, en tanto que el escrito más antiguo data de apenas hace 6 mil años, el contraste es evidente, mientras las culturas primarias sin conocimiento alguno de la escritura sólo desarrollaron las expresiones verbales para comunicarse, las culturas que utilizaron la escritura lograron sorprendentes descubrimientos a través del pensamiento y la expresión de la literatura, la filosofía y la ciencia y aún en el discurso oral de las personas que saben leer, no son estrictamente inherentes a la existencia humana como tal, sino que se originaron debido a los recursos que la tecnología de la escritura pone a disposición de la conciencia humana. Pues como bien decía el escritor Jorge Luis Borges “De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.

Consejero de la Judicatura Federal

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