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El 28 de julio de 2016 fue el último día que la esgrimista Paola Pliego habló con el presidente de la Federación Mexicana de Esgrima (FME), Jorge Castro; desde entonces, no hay comunicación entre la seleccionada y el dirigente.

“Me notificó que estaba suspendida por supuesto dopaje y nunca volví a saber de él, con algunas de mis compañeras he compartido impresiones sobre las injusticias en nuestro deporte, pero tienen miedo de hablar“, dijo la seleccionada a EL UNIVERSAL Deportes.

Aunque hace unos días la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte (CAAD) recomendó que la queretana acudiera a los Juegos Centroamericanos de Barranquilla, las autoridades deportivas no han dado validez al veredicto.

“Sólo espero que el Comité Olímpico Mexicano (COM) respete las decisiones cuando sean definitivas, no creo que tengan el descaro de hacer lo contrario”.

La esgrimista de 23 años está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias.

“Voy a agotar el último recurso legal, ya sea nacional o interna-cional, porque es una lucha por lo justo y lo correcto, no es un capricho”, agregó.

Aunque ella está ansiosa de volver a competir por México, asegura que su Federación se niega a inscribirla.

“Tengo pensado asistir a Copas del Mundo y Grand Prix, pero no me han querido inscribir en ningún evento. Lo que me motiva desde que tengo 5 años es escuchar nuestro himno en los Juegos Olímpicos y no pienso que porque el camino se ponga difícil deba renunciar a mi sueño”.

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