Un jurado federal falló el miércoles que el condado de Los Ángeles debe pagar a la viuda de Kobe Bryant 16 millones de dólares por el daño emocional que le causaron agentes y bomberos al compartir fotos crudas del cadáver del exastro de la NBA y de su hija en el lugar donde se estrelló un helicóptero en 2020. La cifra forma parte de un pago total de 31 millones de dólares que se impuso al condado por la difusión de las imágenes de las víctimas.

Los nueve jurados que entregaron el veredicto coincidieron de forma unánime con Vanessa Bryant y sus abogados en que las fotos de los restos de Kobe Bryant y de su hija Gianna de 13 años invadieron su privacidad y le causaron alteraciones emocionales. El jurado deliberó por cuatro horas y media antes de llegar al veredicto.

Vanessa Bryant lloró en silencio mientras se leía la resolución. El jurado deliberó durante cuatro horas y media antes de llegar al veredicto justo en el Día de Kobe Bryant, que se celebra en Los Ángeles el 24 de agosto dado que esos números de día y mes corresponden a los que usó en su camiseta durante su carrera —8 y 24.

Un día antes, Bryant cumplía años. El martes, habría llegado a los 44. Tras el veredicto, Vanessa Bryant publicó en Instagram una foto de sí misma, con su marido y su hija. “¡Todo por ustedes!", señala un texto junto a la foto. “¡Los amo! ¡JUSTICIA para Kobe y Gigi!”.

Un abogado del condado se negó a emitir comentarios sobre el veredicto frente a la corte. Las imágenes fueron compartidas principalmente entre empleados de los departamentos de policía y bomberos del condado de Los Ángeles, incluidos algunos que las visualizaron mientras se divertían con videojuegos o asistían a un banquete de premiación.

Algunas fotos fueron compartidas también con cónyuges de los policías o bomberos y, en un caso, con un cantinero en un bar al que asistía un agente. Entre lágrimas, Vanessa Bryant testificó durante el juicio de 11 días. Dijo que las noticias sobre la existencia y compartición de las fotos habían agravado un duelo que de por sí era complicado, a un mes de que había perdido a su marido e hija.

Bryant aseveró que todavía sufre ataques de pánico ante la posibilidad de que las fotos puedan andar por ahí y sean divulgadas algún día. “Vivo cada día con el temor de ingresar en las redes sociales y que esto se aparezca”, indicó. “Vivo con el temor de que mis hijas estén en las redes sociales y se encuentren con esto”.

El codemandante Chris Chester , cuya esposa e hija estaban también entre las nueve personas muertas por la caída del helicóptero, recibirá un pago de 15 millones de dólares.

“Estamos agradecidos con el jurado y el juez que nos dieron un proceso justo”, dijo Jerry Jackson, abogado de Chester. Los abogados de Vanessa Bryant no proporcionaron al jurado el monto que estimaban que su cliente debía obtener.

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El abogado de Chester sugirió algunos parámetros que habrían otorgado decenas de millones de dólares para cada denunciante. Ni la viuda ni sus abogados emitieron declaraciones el miércoles frente a la corte. Había todavía lágrimas en el rostro de Vanessa Bryant cuando pasó frente a decenas de reporteros y cámaras de TV. Luego, abordó una camioneta y se marchó.

Su abogado Luis Li dijo al jurado que las fotos desde un ángulo cercano no tenían un propósito oficial o de investigación, sino que fueron un mero “chisme visual” compartido como una curiosidad macabra. La abogada del condado J. Mira Hashmal argumentó durante el proceso que las fotos eran una herramienta necesaria para evaluar la situación.

Reconoció que las imágenes no debieron compartirse con tantas personas. Sin embargo, enfatizó que jamás se hicieron públicas ni fueron vistas por los demandantes. Eso significa que el jefe policial Alex Villanueva y otras autoridades habían tomado medidas decisivas y eficaces cuando ordenaron que todos aquéllos que tuvieran las fotos las borraran.

Kobe Bryant, exastro de los Lakers, cinco veces campeón de la NBA y miembro del Salón de la Fama, viajaba con Gianna y otras siete personas para presenciar un partido de basquetbol juvenil el 26 de enero de 2020, cuando el helicóptero que las transportaba se estrelló contra las colinas de la localidad de Calabasas, al oeste de Los Ángeles. Los funcionarios federales de seguridad atribuyeron el accidente a un error del piloto.

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