La derrota de los Patriots de Nueva Inglaterra, en la serie de comodines contra los Titans de Tennessee (20-13), rompió algo más que la buena racha de Tom Brady y Bill Belichick en la .

El Super Bowl LIV será el segundo desde 2003 que no tiene a Brady, Peyton Manning o Ben Roethlisberger como representantes de la AFC en el juego más importante del año.

La última vez que esto sucedió fue en 2013 (temporada 2012), cuando Joe Flacco llevó a los Ravens de Baltimore al Mercedes-Benz Superdome, escenario en el cual vencieron a los 49ers de San Francisco en el Super Bowl XLVII.

Curiosamente, Lamar Jackson —candidato al MVP del 2019— puede llevar a la misma franquicia al duelo por el trofeo Vince Lombardi el próximo 2 de febrero.

Desde la edición XXXVIII, a excepción del partido ya mencionado, Brady, Manning y Big Ben ocuparon los reflectores en la Conferencia Americana.

En febrero de 2004 y 2005, el pasador de los Patriots lideró los triunfos, sobre Panthers y Eagles, respectivamente. Para el SB XL, Roethlisberger estuvo con los Steelers, que se impusieron sobre Seahawks. En el XLI, Manning levantó su primer Lombardi, como la estrella de los Colts.

En el siguiente gran juego, Brady fue sorprendido por los Giants de Nueva York. Un año después, Big Ben repitió el triunfo con Pittsburgh (sobre Arizona).

Peyton regresó al Super Bowl , mas sucumbió contra los Saints; a Roethlisberger le sucedió lo mismo frente a los Packers, y Tom volvió a perder contra el menor de los Manning (XLIV, XLV y XLVI, respectivamente).

Después de la victoria de Flacco y los Ravens en febrero de 2013, Peyton lideró a los Broncos de Denver, con una de las mejores ofensivas jamás vistas, pero sucumbieron frente a una defensiva que se volvió legendaria, la “Legión de Boom” de Seattle.

Brady volvió a levantar el trofeo Vince Lombardi en el Super Bowl XLIX, sobre los mismos Seahawks, mientras que Manning hizo lo propio en el 50 (vs. Panthers). Con el retiro del último mencionado, Nueva Inglaterra dominó a la AFC con tres apariciones consecutivas en el gran juego, llevándose dos.

El Super Bowl LIV tendrá un sabor distinto, con caras desconocidas en la Conferencia Americana, contraria a la Nacional, que ha visto diversos quarterbacks en febrero.

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